Las tres futuras profesoras pontevedresas que piden ayuda para ser voluntarias en África y salir de su zona de confort

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

Se ofrecen a hacer distintos trabajos, como dar clases particulares, cuidar niños u organizar cumpleaños, ya que están reaudando fondos para ir a ayudar a una guardería de Cabo Verde

05 oct 2022 . Actualizado a las 10:30 h.

Paula Martín (de Pontevedra), Helena Rodríguez (de Marín) y Ainhoa Montenegro (de O Grove) tienen en común al menos tres cosas. Todas peinan los 21 años. Están en tercer curso de Magisterio, en la especialidad de Educación Primaria y, antes de terminar la carrera, quieren ir a África a ayudar en un proyecto solidario relacionado con los niños. ¿Por qué? «Queremos ver la otra realidad del mundo, la africana, creemos que yendo allí vamos a valorar mucho más todo lo que tenemos aquí», dice Paula, mientras sus dos compañeras le dan la razón. 

Por eso, tras conocerse estudiando en la Escuela de Magisterio CEU de Vigo, empezaron a soñar con ser voluntarias allí donde el mundo es de muchos colores... menos color de rosa. Planificaron primero un viaje a Uganda. Pero con la crisis sanitaria desatada en ese país se antojaba inviable esa expedición. Así que empezaron a buscar alternativas y vieron que podían ser útiles en un proyecto educativo en un lugar llamado Tarrafal, ubicado en Cabo Verde. Y se pusieron como meta que en verano del 2023 puedan estar allí ayudando en una especie de guardería, donde desarrollarían proyectos educativos. 

El problema es que viajar a África como voluntarias tiene un coste que ellas no pueden asumir. Acostumbradas a dar clases o hacer trabajos de monitoras para pagar su carrera (estudian en una universidad privada), se pusieron manos a la obra y empapelaron Pontevedra con carteles donde piden ayuda económica para ir a África. A cambio de esas aportaciones se ofrecen a hacer trabajos como cuidar niños, organizar cumpleaños o dar clases. «Nuestra carrera es la enseñanza, estamos acostumbradas a tratar con niños y por eso nos ofrecemos para ese trabajo», indican. 

También están colocando huchas por algunos establecimientos de la ciudad pontevedresa, a los que les están agradecidas por su apoyo logístico. La idea es que aquellos ciudadanos que quieran colaboren, aunque sea euro a euro, con su proyecto. Señalan que no es un viaje sin más, sino que creen que les abrirá los ojos a una realidad que les parece importante conocer: «Estamos seguras de que vamos a aprender muchísimo, porque ver una realidad tan distinta, unas necesidades tan diferentes a las nuestras... eso es impagable. Además, nos gustaría aportar nuestra ayuda, aunque sea poca, para que allí las cosas vayan mejor». Luego, con una misma voz, las tres añaden: «Queremos salir de nuestra zona de confort y ver otro mundo. Nos involucraremos en un programa destinado a los niños de allí, para cuidarlos y atender sus necesidades y de esta manera crecer como personas pero, sobre todo, como futuras profes ya que es lo que verdaderamente nos gusta». 

Por supuesto, también están probando suerte con las omnipresentes redes sociales. Crearon sendas páginas de Facebook e Instagram a través de las que también piden ayuda. Se llama, en ambos casos, Voluntarias Tarrafal.  

Quieren hacer el viaje el próximo verano porque son conscientes de que, a partir de ahí, su vida va a quedar reducida en gran a parte a una cuestión: preparar las oposiciones para tratar de conseguir una plaza de profesoras en la educación pública. Las tres tienen claro que van a luchar por ese objetivo. Y creen que África les puede incluso dar un empujón para enfrentarse con más ganas a ese reto. Porque entonces sabrán que, aunque tengan que pasar tiempo encerradas estudiando, es una suerte impagable pertenecer a la cara buena del mundo.