Malusiña, la hostelera y activista pontevedresa que se marchó muy pronto a hacerse amiga de Antonio Vega

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La fallecida Malú Pedrosa, al fondo, con su hija, la cantante Cora Velasco, en primer plano, en una fotografía para el recuerdo tomada en su emblemático Pavero Bar.
La fallecida Malú Pedrosa, al fondo, con su hija, la cantante Cora Velasco, en primer plano, en una fotografía para el recuerdo tomada en su emblemático Pavero Bar. Cedida

Malú Pedrosa tenía 58 años, regentaba el Pavero Bar y era la madre de la cantante Cora Velasco

01 dic 2022 . Actualizado a las 13:29 h.

Cora Velasco, conocida cantante y compositora de Pontevedra, hizo palabras con su dolor este fin de semana. Fue ella la que, a través de sus redes sociales, comunicó este sábado que su madre, Malú Pedrosa López, de 58 años de edad, había fallecido, víctima de un cáncer. Aunque su hija es muy conocida y reconocida, Malú, Malusiña,  tenía también fama propia en la urbe pontevedresa: la que adquirió por su bonhomía, su compromiso con causas como la lucha contra el maltrato animal o su forma distinta de hacer las cosas en el bar que regentaba, el Pavero Bar.

Tras señalar que su madre era una mujer única e irreemplazable a la que ya ha empezado a echar de menos sobremanera, Cora dijo también: «Malusiña tivo presa por facerse amiga do seu querido Antonio Vega», en referencia al fallecido cantante. 

Malú, Malusiña, era la cara sonriente que estaba detrás del Pavero Bar, un establecimiento hostelero de O Campiño que se convirtió en refugio para el talento musical y cultural pontevedrés, tantas veces falto de escenario y de empresarios que apuesten por él. Malú era también la mujer valiente que empujaba pancartas para visibilizar la lucha contra el maltrato animal y las corridas de toros en Pontevedra. De hecho, el colectivo Touradas Fóra de Pontevedra la despedía así vía Facebook: «Vimos de perder a Malú, a mellor das persoas, alguén que deixa un baleiro moi grande mais tamén unha pegada moi fonda en moitísimas persoas. Porque ela era así, boa e xenerosa, tamén unha peza fundamental na loita contra o maltrato animal desta cidade. Sen ela e o seu compromiso, hoxe non existiríamos. Foi un orgullo camiñar ao teu carón. Malú sempre estarás no noso corazón». 

Tras la muerte de Malú, dos actos reflejaron bien su carácter y el amor y compromiso que fue tejiendo a lo largo de su vida. Una, su esquela, que es un agradecimiento «al esfuerzo realizado» por el personal sanitario de Montecelo y a los profesionales de Oncología del Hospital Provincial. Y, otra, lo que ocurrió el domingo por la tarde delante del Pavero Bar. Allí, convocadas por su hija, decenas de personas se reunieron para rendirle un homenaje mientras tomaban algo y le escribían palabras bonitas. Así se marchó Malú, con el cariño con el que vivió. Y con estas letras que también figuran en su necrológica: Es Pontevedra sin ti / algo que no vi venir / silencio y oscuridad / algo menos hogar.