Álex Chan, un director de pista para apuntalar a los noveles en el regreso del Cisne a Asobal

Lleva 13 años en el Cisne, la mitad de su vida vestido de blanco. Eso convierte a Álex Chan en el director de orquesta de la plantilla más joven de Asobal. Él tiene claro ese rol dentro y fuera de los vestuarios. Esta tarde sacará la batuta para guiar a sus compañeros en este segundo año en la élite ante el Anaitasuna de Quique Domínguez. Estuvo en el debut del Cisne entre los mejores hace dos años y vuelve a estar ahora. En este primer partido asegura que tocará tirar de experiencia para contrarrestar las debilidades del arranque. «Siempre fuimos una plantilla muy joven, pero eso no es un lastre, igual en el primer encuentro vas a otro ritmo, pero la experiencia te permite equilibrarlo», apunta Chan desde el autobús que los lleva a Pamplona, donde este sábado jugarán a las 19 horas.

El jugador, internacional con la selección norteamericana, siempre ha sido una de las piezas claves del ataque blanco. Compartía ese arrojo en la pista con otros compañeros que han dejado el Cisne. La marcha de Villamarín, Preciado o Andrés Sánchez refuerzan más su rol organizador. «Tengo esa capacidad en ataque, ayudo a que seamos organizados en el juego, a llevar a cabo en la pista las ideas del entrenador», señala este jugador de 27 años, que por encima de todo recalca que «tenemos que estar a gusto». Esa idea de disfrutar en la pista se la inculcó Jabato en los siete años que dirigió el Cisne antes de que llegase Javier Márquez.

En su primer asenso, el técnico les pidió que disfrutasen de Asobal y si lograban la permanencia, sería una doble alegría. En esa ocasión no pudo ser, pero ahora llegan con la misma meta. «El objetivo sigue siendo dar lo máximo, sería estupendo lograr la permanencia, llegar al final de la temporada a un nivel mayor que ahora», subraya Álex Chan, que cree que es un logro convertirse en un equipo que cabalga entre la División de Honor Plata y Asobal.

Siempre con presión

Estar en la élite no significa que salgan liberados de la presión que tienen otros equipos consolidados. «La presión es de cada uno, siempre la hay porque nos la ponemos nosotros mismos», indica el jugador que volverá a llevar el 7 a la espalda. En la pista del Anaitasuna se verán con Quique Domínguez, un entrenador que conoce a la perfección a los veteranos de la plantilla blanca y que ayer alababa esa juventud del Cisne, al que califica como «un rival difícil». Viajan a Pamplona sin Bruno Vázquez, Román Arboleya y Gualther Furtado, pero con la misma ilusión que cuando ascendieron en el 2020. «Es un rival complicado, pero tenemos que creer en nosotros mismos, ir con esa mentalidad a la pista rival», apunta Chan horas antes de redebutar en Asobal.

Atrás queda la vida en Plata para saltar a una liga profesional, en la que se encontrarán con equipos que «descansan, juegan, viven y trabajan como profesionales». Eso es lo que este director de orquesta ha transmitido a los más jóvenes antes de empezar la función.

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