Producir compost en los comedores escolares de Pontevedra: el plan que cayó en el olvido

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Comedor escolar del CEP Campolongo, en Pontevedra, en una imagen del 2020
Comedor escolar del CEP Campolongo, en Pontevedra, en una imagen del 2020 CAPOTILLO

El Concello descarta ahora ejecutarlo, mientras la Fanpa lo apoyaría

31 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue un proyecto que la concejalía de Educación de Pontevedra lanzó a principios del 2016. Un departamento que entonces dirigía Carme Fouces (BNG). Consistía en un plan para producir compost en los comedores escolares del municipio. La idea se había publicado en marzo de ese año. La concejala no ahorraba aspiraciones: «Queremos ser pioneiros nas escolas e que os nosos comedores sexan vangardistas». Pasaron los meses sin avances hasta que en diciembre de ese año trascendía que había que «redefinir» la actuación para producir abono natural con los restos de los menús que servían en los 17 comedores que entonces gestionaba la Federación Provincial de ANPA de Centros Públicos de Pontevedra (Fanpa).

La explicación que se dio es que la iniciativa se iba a incluir en el programa Revitaliza de la Diputación de Pontevedra. Técnicos del organismo provincial estaban estudiando la situación de cada comedor escolar para ver qué solución se adoptaba en cada caso. La Fanpa, que se encarga de los comedores en virtud de un convenio de colaboración con el Concello, tenía adjudicado el servicio a la empresa Arume (antes Serunión). La comida se prepara diariamente en la cocina central de Vigo, se refrigera en frío positivo y se traslada a los colegios, donde se calienta antes de ser servida.

La concejalía de Educación argumentaba que ese sistema de cátering reduce de forma considerable el volumen de restos orgánicos. Este aspecto fue el que obligó a introducir cambios sobre lo dicho en marzo del 2016: en lugar de instalar un compostero en cada comedor escolar o incluso dos en algún caso, solo se colocaría si lo aconsejaba el número de menús. Si no compensaba ese sistema, se optaría por llevar los restos orgánicos de las comidas al compostero comunitario más cercano al centro educativo. Entonces se hablaba de 900 comidas por jornada lectiva.

¿Qué pasó con el proyecto? Tanto Concello como Fanpa confirmaron ayer que no se llegó a acometer. El presidente de la Fanpa, Rogelio Carballo, dejó claro que la competencia en el caso de la gestión de los residuos es municipal. «Desde luego que desde Fanpa lo vemos interesante, no tanto como posibles usuarios para aprovechar los restos de comida del comedor, sino como propuesta educativa», señaló. La federación, tras consultar con Arume y constatar que aquel proyecto no se llegó a poner en marcha, lo apoyaría en caso de que se retomara: «Si se llegara a implementar, nosotros no pondremos objeción». Hace más de seis años ya se había dicho que tanto la formación de los monitores del comedor como la instalación de los composteros correría por cuenta del Concello.

¿Y qué dice el gobierno local? La concejalía de Educación está ahora en manos de Tino Fernández (PSOE), socio de gobierno del BNG. A preguntas de La Voz, un portavoz señaló que se trata de un proyecto que impulsó otro partido político en el anterior mandato: «En estos cuatro años no se volvió a plantear desde la Concellería de Educación nada por el estilo». Desde la Diputación indicaron que la competencia es municipal y solo aludieron a que el compostero del comedor de la Escola de Forestais, en el campus, está funcionando «moi ben».