Javier García Vega: «Es tarea de todos evitar que urgencias se pueda colapsar»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Francisco Javier García Vega es el coordinador del servicio de urgencias del hospital Montecelo, en Pontevedra
Francisco Javier García Vega es el coordinador del servicio de urgencias del hospital Montecelo, en Pontevedra CAPOTILLO

El médico subraya la importancia de una buena gestión de las camas hospitalarias para no ocupar espacios en este servicio de Montecelo

07 jul 2022 . Actualizado a las 11:58 h.

El coordinador de urgencias del hospital Montecelo, Francisco Javier García Vega, aborda la situación de este servicio del CHOP, que lleva días en el foco. Subraya la necesidad de mejorar el drenaje de urgencias, dice que los contratos de sustitución son insuficientes y que el repunte del covid complica la situación todavía más. El médico hace hincapié en que es «tarea de todos» evitar que el servicio de urgencias se pueda colapsar y fracturar.

—Falta de espacio físico y más demanda de atención, sumado al covid, se traduce en una situación como la vivida, con hasta 26 pacientes esperando cama para ingreso. ¿Se puede hacer algo?

—El problema del espacio en urgencias ya es viejo conocido, es un servicio muy pequeño y no tiene posibilidades de expansión. Desgraciadamente, hasta que se construya el nuevo servicio de urgencias tendremos que seguir sufriendo las carencias de espacio. Este espacio, ya pequeño, se ha visto reducido al tener que disponer de unas zonas de aislamiento de los pacientes covid positivo. En verano el aumento de la demanda en este servicio es también habitual. Si a esto se suman los pacientes ya ingresados que no tienen cama disponible en las plantas, se produce una situación de disconfort no deseada por nadie, pues se ocupan espacios y camillas de urgencias por pacientes que deberían de estar en sus respectivas habitaciones. La única solución posible es que los pacientes ingresados suban a sus habitaciones lo antes posible, es decir, mejorar el drenaje del servicio de urgencias.

—¿Hay falta de personal en el servicio, como denunciaron hace meses, o ya no?

—Como en todos los servicios del hospital, hay facultativos y personal de enfermería que están de vacaciones y otros de baja. A pesar de que se han realizado algunos contratos de sustitución, nunca son suficientes para la cobertura total, teniendo que incrementar las horas de trabajo gracias al esfuerzo del personal, que es encomiable. Por otro lado, se suman las incidencias habituales como bajas inesperadas y las de los contagios covid que complican más la situación.

—¿Cómo afecta el repunte del covid y de hospitalizaciones?

—La nueva ola que se está viviendo de covid complica aún más la asistencia pues implica medidas de aislamiento y mayor dificultad de manejo de estos pacientes. Si bien la mayoría de síntomas son leves, aquellos pacientes que son pluripatológicos terminan precisando ingreso. Las cifras están aumentando día a día, tanto de pacientes positivos con síntomas leves como de ingresos. Ahora se habla solo de los pacientes mayores de 60 años porque son los que oficialmente se están contabilizando, pero en general la presencia de covid con las nuevas cepas está disparada. En este sentido, insistimos mucho en que los pacientes con síntomas leves (covid o no covid), sin patologías asociadas, deben de evitar acudir al servicio de urgencias del hospital, para no saturarlo. La mayoría de los pacientes covid positivo tienen síntomas menores que los de una gripe estacional que únicamente requieren de reposo relativo, buena hidratación, tratamiento sintomático (por ejemplo, con paracetamol y/o ibuprofeno) y mantener las medidas ya conocidas de lavado de manos, uso de mascarilla (mejor FFP2, en estos casos), ventilación de espacios cerrados y distancia de seguridad.

—Dice su compañero Tato Vázquez que la saturación en urgencias es un problema de todo el hospital. ¿Lo comparte?

—Efectivamente. El buen funcionamiento del servicio de urgencias depende de que el resto de servicios del hospital funcionen bien. Como ya comenté antes, el drenaje de los pacientes que son ingresados evita que se ocupen espacios y personal del servicio de urgencias. Este drenaje depende de las plantas de hospitalización (agilizando las altas), y de la buena gestión de las camas y esto ya es función del servicio de admisión y de la propia dirección del centro. En Montecelo, con más de 10 pacientes ingresados en urgencias, la situación empieza a complicarse.

—¿La situación de primaria hace que se acuda más a urgencias?

—En la actualidad, toda la sanidad pública tiene déficits de personal y de organización. Desde el inicio de la pandemia, esta situación se ha visto empeorada. Primaria tiene importantes carencias y listas de espera, pero también las consultas de especializada. Se necesita más personal en atención primaria y en urgencias, por eso demandamos desde hace años la especialidad de medicina de urgencias (tanto en medicina como en enfermería), para que cada uno tenga sus propios medios humanos. Cuando no se pueden resolver las demandas de los pacientes, estos acuden a donde no se cierra nunca, ni se suspenden consultas, ni se anulan camas, ni se hace consulta telefónica. Este lugar es el servicio de urgencias del hospital. En verano la población de referencia aumenta considerablemente y por tanto las urgencias que se producen, si no se atienden en otros niveles asistenciales, se incrementa la demanda ya de por sí aumentada. El riesgo es que el servicio de urgencias se pueda colapsar y fracturar. Es tarea de todos, pacientes y sanitarios, el evitar que esto suceda.