«Aena nos dejó dormir allí, pero no presionó a Ryanair»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La policía tuvo que intervenir tras cancelarse el vuelo de Ryanair de Menorca a Santiago
La policía tuvo que intervenir tras cancelarse el vuelo de Ryanair de Menorca a Santiago CEDIDA

Un grupo de amigas de Pontevedra y Ourense denuncia la situación vivida en el aeropuerto de Menorca tras cancelarse un vuelo a Santiago

30 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Viqui Fernández, ourensana que reside en Pontevedra y es voluntaria de Cruz Roja, pasó unos días de vacaciones en Menorca con sus amigas Iria, Isa y Marta. Todo fue bien hasta que el lunes empezaron los problemas en el aeropuerto de la isla. Quieren contar lo vivido para denunciar los abusos de las compañías aéreas y el papel «poco activo» de Aena. Ellas fueron algunas de las sufridoras, pero no las únicas, ya que entre los afectados había familias con niños pequeños.

Según relata Viqui, tenían un vuelo directo Menorca-Santiago el lunes, a las 22 horas. Unos cuarenta minutos antes recibían un correo donde les comunicaban la cancelación. «Al principio pensamos que era una broma. El 27 no había huelga y por eso habíamos elegido volver ese día del viaje», explica. Pero no fue una broma. Las cuatro amigas, junto a otras personas del pasaje, se personaron en la oficina de Ryanair en busca de una solución. Y ahí empezó un peregrinaje de muchas horas que acabó con buena parte de los pasajeros de ese vuelo mal durmiendo en el aeropuerto.

«La solución que nos daban era que les diéramos nuestros datos y que ya nos reubicarían, o que nos buscáramos por nuestra cuenta alojamiento para dormir esa noche y volar el martes», cuentan. Lo que reclamaban a Ryanair era que pusieran ellos el vuelo y el hotel «porque no estábamos dispuestos a pagar 400 euros». La situación se fue calentando y la persona que había en el mostrador de la aerolínea irlandesa no fue capaz de afrontarla y llamó a la policía del aeropuerto. «La policía vino y charló con nosotros, acabó dándonos la razón porque no estábamos haciendo nada malo», dice.

Pasaban las horas y ni siquiera les ofrecieron comida o agua para los niños. «Nos decían que fuéramos a la cafetería y que después reclamáramos y que nos iban a echar del aeropuerto». Aena permitió que se quedaran dentro, aunque tampoco se facilitaron las mantas y almohadas prometidas. A las cuatro de la madrugada del martes se ofreció a parte del pasaje dormir en un hotel, priorizando lógicamente a las familias con menores. El resto optó por quedarse en el aeropuerto. «A las seis de la mañana nos dijeron que nos darían una solución y tampoco». Un superior, contactos con la central de Ryanair en Sevilla, otro jefe de servicio de una subcontrata de la aerolínea... Viqui señala que aunque no había huelga, sí había un paro encubierto del personal de Ryanair. La alternativa que les dieron era volar el martes de Menorca a Madrid y en la capital coger un taxi hasta Santiago. Pero era un vuelo de otra compañía y sin garantías.

«Ya habíamos perdido un día de trabajo y no podíamos quedarnos hasta el jueves». Finalmente, volaron el martes, a las 16.45 horas, con más de una hora de retraso, de Menorca a Madrid con Ryanair y después en coche puesto por la compañía hasta Santiago, donde las cuatro amigas tenían sus vehículos. Llegaron a casa con una reclamación presentada y con la sensación de sentirse ninguneadas: «Es un abuso. Aena nos dejó dormir, pero no presionó a Ryanair. Muchos decían que no van a volver a Menorca».