«Ser homosexual en Rusia era difícil, pero ahora se ha vuelto insoportable»

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

PONTEVEDRA

La pareja que forman Daniil y Aleksandr, esta semana en Pontevedra
La pareja que forman Daniil y Aleksandr, esta semana en Pontevedra cedida

Un ruso y un ucraniano piden asilo en Galicia para poder amarse libremente lejos de la guerra y de la intolerancia de sus países contra el colectivo homosexual

19 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

De todas las víctimas que deja una guerra el amor es la última en rendirse. Ocurre así para Daniil Kalugin y Aleksandr Cherbaev, el primero investigador ucraniano, el segundo, profesor de canto ruso. Se conocieron por amigos comunes y se enamoraron al instante. Las fronteras no fueron impedimento para irse a vivir juntos hace un año a Moscú. Pero la invasión de Ucrania y el estallido de la guerra no hizo sino complicar una situación que ya no era sencilla en un país donde existe una ley que prohíbe hablar sobre homosexualidad, así como cualquier gesto que pueda sugerir amor entre dos personas del mismo sexo. «Un policía vino a nuestra casa y nos dijo que nos íbamos a pudrir en la cárcel o que nos matarían. Ahí nos dimos cuenta de que nuestra estancia en Rusia era peligrosa. Si antes había multas, ahora hay llamadas públicas a la represión de personas LGTBI. Ser homosexual en Rusia era difícil, pero ahora se ha vuelto insoportable».

A partir de ahí se inició una huida que les ha traído a la provincia de Pontevedra, donde entraron a formar parte del programa de Accem para refugiados. «Las amenazas de la Policía rusa contra la familia de Aleksandr hicieron que regresase temporalmente a su país, eso hizo que quedase fuera de la protección que se concede a los refugiados», explica Daniil. «Yo vivo en una residencia de Accem y Aleksandr busca un lugar cada noche donde dormir. Los alquileres son altos y nuestros recursos se agotan. Pasamos un gran estrés para poder estar juntos. Hemos pedido asilo y queremos integrarnos, pero el proceso es largo y tenemos la barrera del idioma para trabajar», explica Daniil. Mientras la situación administrativa no se resuelva, buscan alojamiento en apartamentos y hostales por la provincia, para poder mantenerse unidos. «Galicia es una región amable, de increíble belleza, quedarse aquí sería un regalo del destino».

El amparo por razón de identidad de género y orientación sexual es muy complicado de demostrar, según Daniel Bóveda, responsable en Galicia de Accem. «Os ucraínos teñen protección temporal, pero os rusos teñen que demostrar persecución fundada e institucional ou activismo. O único que hai é a palabra da persoa, sobre a súa condición sexual. Os procesos son longos, agora mesmo en Vigo, para solicitar asilo están dando data para o ano 2023, e a partires de aí o estudo do caso». La oenegé asegura que el proceso puede durar dos o tres años.

La represión empezó antes que el conflicto bélico, cada uno de ellos ha sido rechazado por su entorno y por la sociedad de cada uno de sus países. «Sufrimos acoso estatal por mostrarnos en contra de la política con las minorías sexuales. Todo eso a mayores del rechazo social que hemos vivido cada uno de nosotros desde niños en nuestros países». La suya es una doble represión, por la guerra entre los países de cada uno de ellos y por la intolerancia a su condición sexual. «El apoyo que nos damos nos ha permitido resistir lo que está ocurriendo. Ahora la guerra se está convirtiendo en una rutina, y va a dejar a millones de discapacitados. Es insoportable ver la tragedia en vivo», asegura Aleksandr. El idioma es una barrera importante para encontrar trabajo en Galicia, pero aseguran que les gustaría poder ayudar en proyectos de voluntariado, cualquier cosa con tal de poder mantenerse juntos. «Somos amigos, amantes, socios, todo el uno para el otro. No podemos tener hijos, pero tenemos dos gatos maravillosos que ahora están con los amigos y que esperamos poder reunirnos con ellos. Esperamos un milagro que nos permita estar juntos, pero también queremos luchar por nuestro amor. Tuvimos que luchar en Rusia y seguiremos luchando aquí, dada la situación migratoria de España».