El documento de la comisión añade que solo pudo dar aviso al 112 cuando llegó a una playa cercana y se encontró a un conocido.
En paralelo, Adrián Ligero logró asir el cuerpo sin vida de su padre, que estaba enrolado como segundo patrón del Nuevo Marcos, para, acto seguido, dirigirse a la batea más cercana para agarrarse a ella. Transcurridas unas dos horas de la colisión, «el intenso frío hizo que se subiera a una batea tras atar con el cinto el cuerpo» de su progenitor.
Sin embargo, y según refieren los propios investigadores, «las dificultades propias de la oscuridad y las corrientes hicieron que la ligadura se deshiciese y el cuerpo se perdiera», aunque, posteriormente, fue recuperado. De hecho, el informe refiere que uno de los pesqueros que participaban en el operativo de auxilio, el Churus, fue el que rescató a Adrián de la batea, así como recogió uno de los cadáveres.