No es obesidad, ni insuficiencia venosa ni linfedema: es lipedema

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La paciente había estado ingresada en el Hospital Provincial de Pontevedra
La paciente había estado ingresada en el Hospital Provincial de Pontevedra CAPOTILLO

Pontevedra celebra la primera jornada sobre esta dolencia crónica en Galicia

29 abr 2022 . Actualizado a las 19:46 h.

El Hospital Provincial de Pontevedra albergará el 6 de mayo la primera Jornada sobre lipedema en Galicia. La cita, que se desarrollará en el salón de actos de 16 a 20 horas, está dirigida a pacientes y familias afectadas por esta enfermedad crónica del tejido adiposo, personal sanitario y público general. La jornada está organizada por la Asociación de Afectadas de Lipedema de España (Adalipe), cuya secretaria es la gallega Susana Soto.

Este colectivo se creó en el año 2018 y es el único específico de pacientes de lipedema (o lipoedema). En Galicia existe también la Asociación galega de linfedema, lipedema, insuficiencia venosa crónica e outras patoloxías vasculares periféricas, la AGL. Desde Adalipe explican que el diagnóstico clínico del lipedema suele confundirse con obesidad u otras patologías. Afecta casi exclusivamente a mujeres de todas las edades y su prevalencia se sitúa entre el 11 y el 15 % de la población femenina.

Con la reciente publicación de la clasificación internacional de enfermedades CIE-11, el lipedema pasa a estar incorporado al sistema sanitario, por lo que se abre una nueva etapa para las personas que lo padecen. El objetivo de la jornada del Provincial, que lleva por título Abordaje multidisciplinar del lipedema en 360 grados, es dar a conocer la patología, tanto al público como al personal sanitario, y reforzar la información para pacientes y familias, afirma Susana Soto.

El lipedema es un trastorno del tejido adiposo que causa agrandamiento simétrico bilateral de las extremidades inferiores, aunque también puede aparecer en las superiores. Es una patología infradiagnosticada porque a menudo se confunde con otras como la obesidad, pero a diferencia de la grasa típica de la obesidad, la asociada al lipedema no se puede perder con la dieta y el ejercicio. Los síntomas son numerosos, aunque los principales son pesadez e incomodidad en las piernas y dolor y hematomas. El lipedema se debe a un síndrome complejo y no al estilo de vida o falta de autocontrol de la paciente. A día de hoy no tiene cura y para combatirlo solo existen tratamientos conservadores, combinados con una alimentación que excluye gluten, lácteos y procesados, y la práctica de ejercicio físico. La cirugía es otra alternativa, si bien no es una solución definitiva. Se trata de liposucciones distintas a la tradicional: la tumescente con anestesia local o la técnica Wal, que es a chorro asistida por agua.

Sara Peláez, pontevedresa afectada de lipedema
Sara Peláez, pontevedresa afectada de lipedema

Sara Peláez: «Al principio te vuelves loca» 

A Sara Peláez, enfermera de 42 años que trabaja en una mutua, le diagnosticaron lipedema por el Sergas en noviembre del 2021. Esta pontevedresa hace hincapié en lo poco que se ha estudiado la patología: «Lo único que se sabe a ciencia cierta es que es de origen genético y/u hormonal y que afecta a las células grasas, haciendo que crezca exageradamente y en zonas no normales». En su caso, el diagnóstico no supuso una liberación porque la pesadez en las pantorrillas, los calambres y los hormigueos continúan. Apunta que un cambio de hábitos alimenticios, de por vida, y la práctica deportiva ayudan a que la enfermedad no empeore, aunque la grasa enferma no va a desaparecer. Prevé someterse a una cirugía con la técnica tumescente en marzo del 2023 por la sanidad privada. «Al principio te vuelves loca y crees que vas a acabar como el muñeco Michelin».

Mónica Fentanes, pontevedresa afectada por lipedema
Mónica Fentanes, pontevedresa afectada por lipedema

Mónica Fentanes: «Es una enfermedad caprichosa» 

Mónica Fentanes, pontevedresa de 46 años, tiene un peso normal y lipedema. Se lo diagnosticaron en el 2019 en un viaje relámpago a Madrid después de otro anterior erróneo (linfedema) y de pasar por varias consultas vasculares. «Ya tenía un nombre, pero a medida que tenía más información no me gustaba nada lo que veía», admite. Su lipedema es de grado 1 (medio) y le afecta de la rodilla hasta el pie. El tratamiento conservador es a lo que recurre, junto a una alimentación lo más natural posible y a deportes de fuerza, nunca de impacto. «Esta es una enfermedad caprichosa y no a todo el mundo le va bien», dice Mónica, que ahora camina y hace pesas ligeras, ya que no tiene tiempo para deportes de agua porque prepara una oposición. Apunta que el lipedema sigue siendo una dolencia «desconocida, aunque ya lo fue más, en la sanidad también».