El regimiento Isabel la Católica de la Brilat celebra sus 150 años con la mirada en Mali

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Tropas de la unidad se encuentran en Valladolid ultimando el despliegue en mayo en el país africano

25 abr 2022 . Actualizado a las 11:01 h.

Hay que retrotraerse 150 años en el pasado, al 28 de febrero de 1872, para hallar los orígenes del actual regimiento Isabel la Católica de la Brilat. Por aquel entonces era el Batallón de Reserva de Cáceres y no sería hasta 1944, tras varios cambios en su denominación, que pasaría a ser conocido con su nombre actual.

Este sábado el Regimiento de Infantería Isabel la Católica número 29 conmemoró su 150 aniversario y renovó sus lazos con Pontevedra realizando una parada militar en la avenida de Montero Ríos. La unidad formó para la ocasión casi al completo, ya que una compañía se encuentra en Valladolid participando en la fase de concentración previa a su próximo despliegue en mayo en la misión internacional liderada por la Unión Europea en Mali, donde las tropas pontevedresas relevarán a otro contingente de la Brilat que permanece en el país africano desde finales del pasado año.

Participar en una misión de estas características no es algo nuevo, ni mucho menos, para los integrantes de este regimiento, toda vez que en el pasado ha dejado su impronta en escenarios en conflicto como los de Bosnia i Herzegovina, Kosovo, Líbano o Afganistán. Precisamente, en el anterior despliegue de este regimiento en Mali, hace poco más de tres años, se puso a prueba la formación de sus soldados cuando tuvieron que repeler un ataque con dos vehículos cargados con media tonelada de explosivos cada uno contra la base de Koulikoro, una acción que le valió la la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo, uno de los mayores reconocimientos que conceden las Fuerzas Armadas, a los soldados Richard Ríos y Daniel Gómez, mientras que el brigada Nestar y el sargento primero Varela, miembros del Batallón de Zapadores VII, recibieron la Cruz al Mérito Militar con distintivo azul por desactivar los explosivos que portaba uno de los vehículos que no explosionó, y el capitán Matilla y el sargento Patiño, ambos del regimiento Isabel la Católica, recibieron la Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco por su capacidad de coordinar la respuesta durante el ataque.

A buen seguro que los militares que ayer formaron en las inmediaciones de la Alameda bajo el mando del coronel Carlos Aguado Valladares, jefe de este regimiento, tuvieron muy presente este episodio, así como otros protagonizados por los militares de esta unidad pontevedresa. Además, les acompañaron la Banda de Guerra de la Brilat, la escuadra de gastadores del regimiento, cinco compañías del batallón Zamora y la Bandera de Guerra del regimiento con escolta de honor, mientras que el acto estuvo presidido por el general jefe de la brigada, Luis Cortés Delgado.

La parte central del parada consistió en el homenaje anual que se realiza por la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, máximo reconocimiento al valor colectivo en combate otorgado en 1875 durante la Tercera Guerra Carlista. Acto seguido, se procedió a la imposición de la Corbata de la Operación Balmis a los guiones del regimiento Isabel la Católica y del batallón Zamora por su participación en esta operación, el mayor despliegue militar en España en tiempos de paz durante el estado de alarma donde dieron apoyo a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, realizaron labores de desinfección de instalaciones, pero también de reconocimiento y vigilancia en distintas localidades de Galicia, así como de control de fronteras al sur de las provincias de Pontevedra y Ourense.