Colas y problemas para cobrar lastran el primer día de rebajas en el gasoil en Pontevedra

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Un operario de esta gasolinera informa a los conductores de que se han visto obligados a cerrar por problemas informáticos
Un operario de esta gasolinera informa a los conductores de que se han visto obligados a cerrar por problemas informáticos CAPOTILLO

La estación de Repsol en Poio se vio obligada a cerrar por los fallos del sistema

02 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las colas de primera hora en las principales gasolineras de la ciudad fueron dando paso a lo largo del día al goteo incesantes de los que querían estrenar la bonificación de 20 céntimos por litro. Algunos esperaron al viernes para repostar y aprovechar un descuento que 24 horas antes no había. En la víspera de la entrada en vigor del decreto, el presidente de la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Pontevedra (AEESP), Benigno Redondo, avisaba de que estaban desbordados por los cambios y había dudas sobre cómo aplicarían el descuento. Como si de una profecía se tratase, se topó con el peor de los escenarios. Se vio obligado ayer por la tarde a cerrar su gasolinera de Repsol en Poio después de arrastrar durante todo la mañana fallos en el sistema de cobro de la petrolera. «Decidimos cerrar porque era imposible», apuntaba a media tarde.

No era el único que tenía problemas. Las estaciones de servicio de Repsol en Rosalía de Castro, O Burgo y Salcedo estaban en situaciones similares. No llegaron a cerrar, pero pedían que se evitase el pago con tarjeta. «Es una incidencia a nivel nacional, hubo que adaptar el sistema en poco tiempo y con la avalancha de clientes empezó a dar problemas», explicaba Luis Paisa, responsable de la gasolinera de la Mollabao. En O Burgo estaban en una situación similar esperando indicaciones de Madrid, mientras la estación de Salcedo estaba desbordada por los clientes y los fallos del sistema de cobros. «Nos dicen que están trabajando en solucionarlo, pero llevamos un día con muchas dificultadas», decía su encargada, Montse Fernández después de una jornada de «psicosis», como definió un cliente el primer día de bonificación.

Diez euros menos por depósito

Los monolitos de las estaciones marcaban el mismo precio por litro que estos días, algo que desconcertaba a los conductores, que preguntaban con dudas. Los más inseguros pedían cantidades pequeñas: «Ponme 15 euros», decía un hombre en la estación de servicio de ERE, en O Arco, Lérez. Los 15 euros que le marcaban en el surtidor eran 13,37 para su bolsillo. Un ahorro de apenas dos euros por algo más de ocho litros. «Solemos tener mucha clientela, pero hoy notamos la bonificación», explica Daniel Falcón, empleado en la gasolinera de low cost de Lérez.

Y es que repostar ayer y haberlo hecho el jueves suponían un ahorro por depósito de más de diez euros para un coche medio de 55 litros. Es una ayuda. En eso coincidían los conductores. «Pero insuficiente», apostillaban en las eternas colas de las cajas.

«Esta bonificación se queda muy corta»

 

 

Particulares, autónomos, camioneros... En las colas de las gasolineras había todo tipo de perfiles, también los despistados, que pensaban que la bonificación era solo para el transporte pesado, y los precavidos, que llenaban el depósito por si sigue subiendo el combustible. Era un día para armarse de paciencia. «La verdad es que no se entiende mucho, primeros nos volvimos locos con el papel higiénico, después fue el aceite y ahora la gasolina», explica este camionero que llegaba para echar 200 euros de gasoil. «Este camión suele llevar tres mil euros al mes en combustible», puntualiza Padín, mientras espera su turno. Por delante todavía había muchos coches.

En situaciones normales sería más rápido, pero desde este viernes hay que pagar en ventanilla para aplicar el descuento. Muchos de los que esperaban, reconocían que la bonificación es «insignificante». «Si antes pagabas 1,90 euros por litro y bajas 20 céntimos, sigues estando muy por encima del precio habitual», comenta Ricardo Cacheda, que trabaja como autónomo. Es comercial de productos de limpieza y cada semana gasta 40 euros en combustible. Esta bonificación le supondrá un ahorro mensual de entre veinte y treinta euros. «Esta solución se queda muy corta», explica Cacheda, que acostumbra a repostar en las estaciones low cost. Este viernes estaba en la de ERE, en O Arco, Lérez. «Las gasolineras libres tampoco ahora tienen precios mucho más económicos que el resto, la más barata sigue siendo la de Dena», puntualiza Ricardo antes de seguir con su mañana de trabajo. Habituado a estar en la carretera, asegura que los precios tan altos han dejado menos coches en la carretera. «A veces vienes a las cuatro de la tarde por la carretera de Vigo y parece un domingo», explica este comercial pontevedrés, que ayer llenó el depósito de su furgoneta. Sus palabras las suscribe, Benigno Redondo, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Pontevedra (AEESP), que reconoce que cuando más barata eso esté el combustible, más se vende.