Vítor Xosé Cabaleiro Barroso, biólogo de Pontevedra: «Al ver al pelicano, la gente que estaba paseando quedó estupefacta»

PONTEVEDRA

El concejal Iván Puentes, a la izquierda, y el biólogo Vítor Xosé Cabaleiro
El concejal Iván Puentes, a la izquierda, y el biólogo Vítor Xosé Cabaleiro CEDIDA

13 feb 2022 . Actualizado a las 03:03 h.

La segunda edición de la Guía de aves do ENIL Xunqueira de Alba, del biólogo Vítor Xosé Cabaleiro Barroso, «recoge todas las especies de aves que se ha visto en este espacio y está ampliada y corregida con respecto a la primera edición. Salen todas las especies que se han observado y la ficha de 75 de ellas para que la gente las pueda usar en la observación de las aves».

—¿De cuantas especies podemos estar hablando?

—Son 145 especies las que se han visto en total. Las fichas se refieren solo a 75 porque son las más comunes, mientras que las restantes son aquellas que solo se han observado en una ocasión o que ha pasado tiempo desde que se vieron. Los días que voy a hacer un censo por el ENIL suelo ver una media de entre 30 y 35 especies. Es una guía divulgativa y orientada, sobre todo, a la gente que quiere iniciarse en la ornitología o que tiene unos mínimos conocimientos.

—¿Cuáles son las principales novedades de esta edición?

—Con respecto a la primera edición, hay diecinueve fichas más, así como 57 fotografías a mayores y aparecen en la lista total de especies vistas doce más. En la primera estuvimos más limitados con el número de páginas, pero con esta no.

—¿Cuál es la observación que más le sorprendió?

—La que está en boca de todos estos días, la de un pelícano. Es un pelicano crespo (Pelecanus crispus) que seguramente viene de un parque de Francia. Es una especie del Este de Europa, pero en Francia los suelen soltar en parques urbanos, jardines con zonas húmedas y crían ahí. Normalmente, no salen de estos espacios. ¿Por qué sabemos que puede ser de un escape? Porque se vio por primera vez en el río Loira, cerca de París, en septiembre del 2017 y tenía una característica, que tenía tres o cuatro plumas de un ala cortadas. Esto no le impedía volar, pero servía para identificarlo. Este ejemplar lo avistaron unos ornitólogos volando el 5 de octubre en Euskadi y por grupos de Whatsapp avisaron a los compañeros en Asturias y Galicia. Paró en el embalse de Cecebre y, días después, aterrizó en A Xunqueira de Alba. La gente que estaba paseando quedó estupefacta. Lo pude ver nadando en el río Lérez, justo enfrente del Mercado de Abastos. Regresó a Cecebre, y luego se vio en Cambados, Bueu y en Portugal, cerca de Aveiro, y ya no se supo nada más de él. Es una observación anecdótica.

—¿Habrá una tercera edición?

—No lo sé. Esta me llegó por sorpresa porque me dijeron de un día para otro [desde la Concellería de Desenvolvemento Sostible e Medio Natural de Pontevedra] que había una posibilidad de realizar una segunda edición: «Vete trabajando en ello». Trabajamos muy duramente, pero el libro quedó muy bien. Las fotos están muy bien editadas y muy seleccionadas. Evidentemente, una vez que empiezas a hacer estas cosas, la sociedad las demanda. La primera edición se acabó muy rápido y fue un éxito.