Decálogo para ayudar a los adolescentes con ansiedad tras dos años de covid

Nieves D. Amil
NIeves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

M.MORALEJO

El psicólogo pontevedrés Roberto Antón explica cómo atender el dolor emocional en una franja de edad en la que las relaciones sociales son vitales. Autolesiones, pensamientos anticipativos y la vida virtual son los problemas más repetidos

22 ene 2022 . Actualizado a las 20:11 h.

Han pasado casi dos años de pandemia y el final de la guerra todavía no se atisba, se han ido ganando batallas. Desde que el 14 de marzo del 2020 se declaró el confinamiento total de la población, los adolescentes, en edades especialmente vulnerables, han visto como su vida daba un giro y se cortaba de raíz las relaciones sociales y las expectativas de futuro. Las consecuencias de esa situación son consultas de psicólogos y psiquiatras llenas con cuadros de ansiedad, pensamientos anticipativos y autolesiones como respuesta a un dolor emocional que necesita tratamiento.

A pesar de que el cuadro pueda ser extremo, el psicólogo Roberto Antón elabora un decálogo para ayudar a los jóvenes a salir de una situación que los ahoga. «La ansiedad llega porque no tienen vías de escape, a muchos se les ha cortado el hacer deporte, las salidas con los amigos y están sometidos a cambios continuos, sus relaciones sociales o íntimas se han visto afectadas y en esta etapa de la vida son vitales», apunta Antón, que trabaja a diario con decenas de jóvenes. En el grupo de edad entre los 12 y los 19 años, la incidencia a 14 días ronda los 3.500 casos por cien mil habitantes, pero en el grupo de 20 a 29 años, se dispara hasta los 5.600. Pero, ¿cómo se les puede ayudar?

Lo primero que recomiendan los psicólogos es pedir ayuda. Hablar. Contar qué sientes. Este es el punto de partida para mejorar. «No tiene porque ser ayuda profesional, pueden compartir con alguien lo que les ocurre, con un amigo cercano o una persona que les dé confianza», señala Roberto Antón, que reconoce que en los dos últimos años «la vida virtual se ha impuesto al resto. Son contextos en los que se desarrollan tras mucho tiempo de encierros. Empiezan a socializar menos y muchos dejan de salir». Esto puede llegar a dañar la autoestima. Y pone un ejemplo. «Si un chico está en su casa sin salir y ve en redes que un amigo está con el chico o la chica que le gusta en la playa, se siente afectado. Esa diferencia también afecta a la autoestima», alerta. El covid ha dejado un cambio positivo en este sentido, pero que sigue siendo un síntoma de la gravedad de la situación: «Antes venían a la consulta obligados por sus familias, pero ahora son ellos los que piden ayuda, necesitan hablar con alguien ajeno».

Una vez que se pide ayuda, Roberto Antón pone en segundo lugar la importancia de pensar que son situaciones reversibles, que tienen una solución. «Los adolescentes deben de saber que se puede salir de esas crisis asociada a la edad, pero que por otros condicionantes se han agravado», señala. Este es el punto más importante. Una vez que llegan a su consulta, lo primero que hacen es agradecer la confianza y ponerse en la piel del paciente. «Trabajamos a través de la pauta, la situación es como una especie de adicción, así que debemos trabajar desde la pauta, empezando a cambiar los hábitos», señala. Entre algunos de los casos que detalla este psicólogo pontevedrés es que, por ejemplo, en lugar de pasar todo el día en la habitación, pase algún tiempo en el salón con su familia.

El tercer punto que resalta Roberto Antón como una prioridad para mejorar los cuadros de ansiedad o dolor es el autocuidado. «No puedes hacer lo que te gusta, pero trata de buscar algo que te haga sentir bien, ya sea bailar, leer o dar un paseo», explica. En este aspecto, da un consejo a las familias. «Deben tratar de entenderlos, la sociedad tiene una visión muy superficial de los chavales, debemos comprender que hay más. No se trata de volvernos instagramers y comportarnos como ellos, pero sí fomentarles cosas que les gusten y no castigarlos con eso. Si le gusta hacer un deporte no se le debe prohibir si no saca buenas notas. Esos contextos de desarrollo son vitales», comenta este psicólogo pontevedrés, que recuerda que «los adolescentes tienen necesidades distintas. Ellos no pueden pensar, con 14, 15 o 16 años que el futuro es su prioridad. Hay cosas tan importantes como los estudios, existe el ocio y las emociones».

Autolesiones

Roberto Antón reconoce que la incertidumbre sobre el futuro que ha dejado la pandemia está siendo difícil de gestionar. Pone el acento en uno de los aspectos más graves que está viendo en su consulta en el último año. Han aumentado las autolesiones. «Los padres estamos indefensos ante eso. Suelen hacerse lesiones en zonas que no se ven como consecuencia de un dolor emocional tan grande que lo manifiestan así. Antes de la pandemia eran casos puntuales, pero ahora puedo recibir un adolescente con este problema cada tres o cuatro días. Es algo verdaderamente dramático», señala.

En último lugar, Roberto Antón hace un llamamiento muy próximo al carpe diem. Anima a vivir el momento. «Ya estamos mal, no nos adelantemos a lo que pueda ocurrir. Estos dos años hemos aprendido que somos muy malos haciéndolo. Así que disfrutemos del hoy y no adelantemos sufrimiento», apunta.