Una vez que se pide ayuda, Roberto Antón pone en segundo lugar la importancia de pensar que son situaciones reversibles, que tienen una solución. «Los adolescentes deben de saber que se puede salir de esas crisis asociada a la edad, pero que por otros condicionantes se han agravado», señala. Este es el punto más importante. Una vez que llegan a su consulta, lo primero que hacen es agradecer la confianza y ponerse en la piel del paciente. «Trabajamos a través de la pauta, la situación es como una especie de adicción, así que debemos trabajar desde la pauta, empezando a cambiar los hábitos», señala. Entre algunos de los casos que detalla este psicólogo pontevedrés es que, por ejemplo, en lugar de pasar todo el día en la habitación, pase algún tiempo en el salón con su familia.
El tercer punto que resalta Roberto Antón como una prioridad para mejorar los cuadros de ansiedad o dolor es el autocuidado. «No puedes hacer lo que te gusta, pero trata de buscar algo que te haga sentir bien, ya sea bailar, leer o dar un paseo», explica. En este aspecto, da un consejo a las familias. «Deben tratar de entenderlos, la sociedad tiene una visión muy superficial de los chavales, debemos comprender que hay más. No se trata de volvernos instagramers y comportarnos como ellos, pero sí fomentarles cosas que les gusten y no castigarlos con eso. Si le gusta hacer un deporte no se le debe prohibir si no saca buenas notas. Esos contextos de desarrollo son vitales», comenta este psicólogo pontevedrés, que recuerda que «los adolescentes tienen necesidades distintas. Ellos no pueden pensar, con 14, 15 o 16 años que el futuro es su prioridad. Hay cosas tan importantes como los estudios, existe el ocio y las emociones».