Condenada en Pontevedra por aprovechar el deterioro cognitivo de la mujer a la que cuida para desvalijarla

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

La hija de la acusada fue absuelta, por su parte, por el Juzgado de Menores

07 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Como autora de un delito continuado de estafa ha sido condenada una vecina de Pontevedra a dos años de prisión tras desvalijar la cuenta corriente de la anciana a la que cuidaba. La condena se produce después de que la hija de la sospechosa hubiese sido absuelta por el Juzgado de Menores por estos hechos.

Precisamente, y a la hora de resolver el recurso de apelación, la Audiencia de Pontevedra alude a esta resolución para sostener que el hecho de que «en aquel procedimiento la prueba no fuera bastante no significa que en el presente haya esa insuficiencia probatoria». Así, los magistrados desestiman los argumentos de la defensa y confirman en su integridad la sentencia recurrida.

En ella se recoge que la ahora condenada, a raíz de enfermar la víctima en mayo del 2017, comenzó a encargarse de su cuidado a cambio de una remuneración. De este modo, comenzó a acudir al domicilio de esta última en el casco urbano de Pontevedra «para ayudarla en las tareas de casa y para auxiliarla».

Paulatinamente, y siempre según la sentencia ahora confirmada, empezó a tener un trato cada vez más franco con la víctima hasta el punto de tener acceso a la tarjeta de débito que solicitó en el mes de julio de ese mismo año. «Aprovechando esta circunstancia, y conociendo que [la víctima] comenzaba a padecer un deterioro cognitivo que en aquellas fechas tenía carácter moderado», la encausada «procedió a realizar varias retiradas de efectivo». De este modo, se hizo con un total de 8.900 euros utilizando la referida tarjeta y el número secreto de la misma, «sin contar con la autorización de la titular».

La resolución, además de remarcar que la imputada actuó como lo hizo «movida por la intención de obtener un beneficio económico», recoge hasta dieciocho retiradas de efectivo en cajeros que se llevaron a cabo entre el 24 de julio y el 11 de septiembre de hace cinco años.

A la hora de sustentar la desestimación de la apelación —cabe aún la posibilidad de un recurso de casación—, la Audiencia enumera una serie de indicios vinculados con el deterioro cognitivo de la víctima: «La modificación radical de sus hábitos y costumbres a los pocos meses de empezar a trabajar la recurrente , a la solicitud de una tarjeta de débito (cuando nunca había tenido) y a la retirada de importantes cantidades de dinero en días consecutivos hasta un total de 8.900 euros sin justificación alguna».

De igual modo, se alude «a la falta de explicación lógica, coherente y convincente proporcionada por la propia apelante», quien ha sido condenada, asimismo, a reintegrar esta cantidad a modo de indemnización.