El acusado de intentar raptar a una adolescente de Pontevedra logra eludir la prisión

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

Pablo P. L. asumió un año y tres meses de prisión cuando inicialmente le pedían cuatro

16 nov 2021 . Actualizado a las 18:45 h.

Un acuerdo de conformidad con la Fiscalía permitirá a un pontevedrés acusado de intentar secuestrar a una vecina adolescente eludir la prisión. Y es que, si inicialmente el ministerio público solicitaba penas que sumaban cuatro años de prisión por los delitos de detención ilegal en grado de tentativa, lesiones y amenazas, este lunes Pablo P. L. reconoció los hechos por los que se le acusaba y que tuvieron lugar la tarde del 26 de febrero de este año, así como asumió una condena global de un año y tres meses por los dos primeros cargos.

Asimismo, y a falta de que lo confirmen los magistrados de la Audiencia de Pontevedra, aceptó abonar una indemnización de novecientos euros a la víctima, y pagar una multa de noventa euros. El acuerdo suscrito incluye, asimismo, la imposición de una orden de alejamiento con respecto de la menor durante dos años, período en el que tampoco podrá comunicarse por ningún medio con la menor, que en el momento de producirse los hechos tenía 17 años de edad.

Eso sí, la suspensión de la pena de prisión está condicionada a que el pontevedrés no delinca en los próximos dos años y haga efectiva la indemnización impuesta.

A la hora de alcanzar esta conformidad, por su parte, la Fiscalía de Pontevedra aceptó la existencia de sendas atenuantes de drogadicción y de reparación del daño causado. De este modo, su aplicación conllevó la rebaja de las penas solicitadas inicialmente en el escrito de acusación.

En cuanto a los hechos asumidos por Pablo P. L., estos tuvieron lugar cuando la víctima regresaba a su domicilio en el casco urbano de Pontevedra, que iba acompañada de sus dos perros, cuando se encontró con el acusado, quien reside en el mismo edificio y la misma planta. La acusación relata que, al percatarse de la presencia de este último, la joven pasó por detrás de él para dirigirse a la puerta del piso en el que reside, «momento en el que el acusado, con ánimo de privarle de su libertad ambulatoria, se acercó a ella por detrás, y tapándole la boca con una mano, la arrastró hacia su vivienda».

Gritos de auxilio

Inicialmente, y según lo mantenido por el ministerio público, el encausado logró su objetivo al introducirla en su piso, donde la tiró al suelo. Sin embargo, la víctima, nada más liberarse de la mano que le tapaba la boca, comenzó a gritar pidiendo auxilio. Sus gritos fueron escuchados por la pareja de su madre. Este último salió de su vivienda «justo en el momento en que el acusado pretendía cerrar la puerta, logrando impedírselo, al introducir el pie».

De este modo, y siempre según el relato del fiscal, consiguió alcanzar a la adolescente y a los perros sacándolos del piso. A raíz de este suceso, la adolescente sufrió una crisis de ansiedad.