Jesús López dirige desde hace cinco años al CGTD y trabaja con la Xunta para convertirlo en un centro de alto rendimiento
08 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Jesús López dirige a la élite del deporte en Galicia, pero apenas se le conoce. Trabaja en la sombra, detrás de los focos, en ese duro escenario en que la burocracia convierte los despachos. Él es deportista y profesor, pero cuando empieza a hablar de cuál es su papel al frente del Centro Galego de Tecnificación Deportiva (CGTD) de Pontevedra lo primero que hace es nombrar a María Jesús Lorenzo, su otra mitad en la dirección con la que reconoce que «nos compenetramos muy bien, no viene del mundo del deporte, pero tiene mucha experiencia en la Administración».
El «jefe» de los mejores deportistas gallegos lleva cinco años ejerciendo de director. Se presentó para una vacante de subdirector, pero gustó tanto su currículo que le ofrecieron comandar una nave en la que se prepara la élite de Galicia. Por sus pistas pasa cada día la mejor cantera y deportistas ya consagrados en todas las disciplinas. «Lo bueno de este centro es que estás en la primera línea en grandes eventos, lo más gratificante es poder estar al lado de personas como Javi Gómez Noya, Pablo Dapena, María Bernabé o Caetano Horta», explica López.
Hasta que llegó a la dirección del centro, era profesor en el Sánchez Cantón, centro adscrito al CGTD, en el que impartía educación física a los alumnos de la ESO, pero también daba balonmano y fútbol en los ciclos formativos. Esa era su profesión hasta que desembarcó en el centro de tecnificación en septiembre de 2016. Han pasado cinco años. En los dos primeros renovaba la plaza cada seis meses, pero ahora ya está en comisión de servicio hasta que él renuncie a su puesto o hasta que la Secretaria Xeral para o Deporte decida cambiar. «Mientras haya confianza mutua espero seguir», comenta Jesús López, que trabaja mano a mano con José Ramón Lete Lasa, secretario xeral para o deporte. Los dos tienen muchos proyectos para el centro. Uno de los más importantes es convertir el CGTD en un centro de alto rendimiento. Ya tiene buena parte de los servicios que ofrecen en los CAR como es la residencia, un equipo biomecánico, servicio médico, fisioterapeuta, nutricionista y en breve contarán con psicólogo. «Nos falta poco para poder serlo», advierte.
Quizás las instalaciones sea la pata más coja para dar un salto en el que este año se meterá el piragüismo. «Tenemos aquí la canoa y el equipo nacional de K4 femenino», comenta Jesús López, que reconoce que «el terreno es limitado e igual hay que plantearse hacer una remodelación grande». En el objetivo está hacer un pabellón más, una decisión que supondría menos quebraderos de cabeza para el director del CGTD, que reconoce que una de las cosas que más dura le resulta es organizar el trabajo de los clubes y de los deportistas del centro. Y es que en sus pistas entrenan equipos como el Arxil, que comparte parqué con el bádminton o la gimnasia convirtiendo los horarios en un verdadero puzle difícil de encajar. Esa parte de intentar ser justo con todos es complicada, pero después de cinco años al frente parece que la ha logrado. Muchas horas de despacho le han ayudado.
Sin tiempo para el deporte
Además del papel de director, Jesús López es, por encima de todo, deportista. Creció entre el piragüismo y el salvamento marítimo, pero desde que llegó a la dirección del centro, apenas tiene tiempo para hacer deporte. «A mis amigos ya les digo entre risas que la paradoja de estar aquí es no haber probado nunca nada. Los fines de semana intento hacer algo, siempre relacionado con el mar», comenta. Nació en Portonovo y sigue viviendo allí, no se plantea su vida lejos del mar porque esa es su mayor desconexión; estar con sus hijos y hacer alguna actividad de agua. Además tiene un el Club de Salvamento Sanxenxo con cerca de cien inscritos. «Es un equipo muy modesto, yo soy el presidente y planifico la temporada, pero tengo dos chavales que me echan una mano, yo solo puedo entrenar ya a los de categoría absoluta», subraya Jesús López, que durante años y mucho antes de ser el director del CGTD fue coordinador de socorrismo en las playas de Sanxenxo, estuvo 14 años en al Federación Galega de Piragüismo y con Daniel Brage en la selección española. Así que su formación está tan ligada al mar como su vida, aunque en esta etapa apenas pueda disfrutarlo.
En este lustro siendo el «jefe» reconoce que las experiencias positivas pesan más que las negativas. El covid se lleva la peor parte. «Creo que fue el peor año para todos, sobre todo cuando tuvimos que irnos para casa. Para nosotros también fue duro cuando se planteó la posibilidad de que la residencia fuese utilizada por el Sergas para enfermos. Fue duro», recuerda. El centro aún mantiene un estricto protocolo covid, pero este año no ha tenido contagios. El curso pasado fueron 12. «Pensamos que no se aguantaría hasta Navidad y lo superamos todos», dice orgulloso.
Pero el poso de la pandemia todavía se siente. Este año ha habido cinco renuncias de estudiantes de primer año. «El apego después de dos años en casa se nota mucho», explica Jesús López, que reconoce que los alumnos de tecnificación son un ejemplo de responsabilidad. Porque en el centro donde se forja la élite eso no es una opción, es una obligación.