«No quería vacunarme, pero al ver tanta gente que se muere, acabas viniendo»

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

El primer día sin cita previa para la inmunización reúne en Pontevedra a cientos de personas que no acudieron cuando le tocaba a su grupo de edad

13 sep 2021 . Actualizado a las 13:02 h.

La cola en el recinto ferial de Pontevedra y Fexdega, en Vilagarcía, fue animándose a medida que avanzaba la mañana. Y es que el primer día de vacunación libre para mayores de 12 años abría las puertas a los escépticos, a los que están fuera del sistema, extranjeros y otros muchos que el día de la cita no pudieron asistir. «No quería vacunarme, pero después de ver tanta gente que se murió, vine». Leo Calderón reconoce que el bombardeo de información acabó por hacerla cambiar de opinión en cuanto a la vacunación, pero no respecto a su postura negacionista sobre el covid. Eso sí, asegura que la obligación de tener el certificado para muchas actividades cotidianas, como viajar, es determinante a la hora de acudir a la primera dosis.

Desde primera hora, fueron llegando a cuentagotas a un recinto ferial preparado para la incertidumbre de no saber a cuánta gente podrían atender. Solo los que llegaban con autocita estaban inscritos, el resto pasaban a otra fila en la que se le pedía los datos para comprobar sus datos. Había que llevar el dni. «No pensábamos que viniese tanta gente, estamos viendo mucho ciudadano extranjero y algún que otro escéptico que acaba cediendo», explica una de las profesionales del Sergas que estaba de guardia esta mañana de sábado en el recinto ferial de Pontevedra. A medida que avanzaba el día, la cola iba cogiendo más dimensión y la sanitaria que los recibía a la puerta avisaba de que por la tarde también había vacunación. «Tenéis por delante media hora de espera», advertía. No tiene cifras de cuántas vacunas se inocularán a lo largo del día, pero sí que el recinto ferial de Pontevedra disponía de 2.700 huecos de autocitas para mayores de 12 años, de los que solo se había cubierto 364y en Fexdega había asignadas 70 autocitas de las 717 disponibles

Ángela Parada no tenía cita, pero sí llevaba tiempo esperando su pinchazo. «Es la única que está en casa sin vacunar, a todos nos llegó el aviso. Ella estaba para la repesca, pero nada. Ni en Internet ni en el teléfono logró coger cita», explica su marido, que la espera a las puertas del recinto ferial. En cuanto supieron ayer que el sábado estaba abierta la vacunación libre, no lo dudaron. «Sus compañeras de trabajo y hasta en la frutería le decían 'venga Ángela que ya te toca'», comenta. 

A pesar de los que acudían por la repesca o porque estaban fuera cuando los llamaron, la mayoría llegaban tras cambiar de idea, como hizo Sara Hernández. Está embarazada de 30 semanas y ha cambiado el miedo por el respeto. «Antes tenía miedo, ahora ya cogí confianza al ver que otras personas fueron y están bien», señala en la salda de espera después de vacunarse. En 21 días regresará para ponerse la segunda dosis.