El desabastecimiento y la falta de chips ralentizan a la industria de Pontevedra

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

La auxiliar de la automoción Trèves amortigua el impacto de la escasez de piezas con su trabajo para Volkswagen

27 ago 2021 . Actualizado a las 10:01 h.

Las empresas de la comarca de Pontevedra miran de reojo a Europa y a Asia, donde radican muchos de sus proveedores. Algunas sufren la escasez de microchips, mientras otras hacen cálculos para salvar el enorme obstáculo que conlleva el desabastecimiento de materias primas. El peso de la industria de la automoción en la zona lo sostiene Trèves. Y es, por tanto, la principal víctima de la falta de chips. De no ser así, habrían salvado el año sin estar en ERTE. Les sobra carga de trabajo, pero la escasez de esta pieza electrónica hace que cada trabajador haya parado entre 15 y 20 días en lo que va de año.

En la planta de Trèves en O Campiño hacen los asientos, el insonorizado, el suelo y las bandejas para los modelos 2008 y Picasso de Citroën, pero también trabajan para Opel y Volkswagen. Y es la empresa alemana la que en estos momentos les ayuda a sortear la crisis. «Nós sufrimos menos paradas porque temos máis clientes que PSA, estamos traballando para o T-Roc de Volskwagen e eles tiñan material», explica David Couñago, del comité de empresa de la firma. Esta auxiliar de automoción no usa directamente los chips en su fabricación, pero está afectada directamente al parar la producción en la planta de Stellantis de Vigo.

En su caso concreto, «las expectativas son buenas» porque en este último tramo del año asumirán más carga de trabajo. «Imos empezar a facer a bandexa para o Peugeot 2008 que traslada a súa produción de Portugal a Pontevedra e tamén unha nova peza para un modelo Polo, que se fai en Navarra», apunta el representante de los trabajadores. De haber chips y no tener que acogerse a estas pardas obligatorias y rotatorias de toda la plantilla, no descartan que pudiese hacer falta más personal. Pero la realidad la marca la escasez de una pieza que tiene en jaque a la industria de la automoción. China ha hecho acopio de buena parte de los minerales para garantizar la actividad de sus fábricas. El 60 % del litio de todo el mundo acaba en el gigante asiático.

Pero no solo los chips traen de cabeza al sector empresarial. El desabastecimiento de materias primas que afecta a toda Europa también pone contra las cuerdas a muchas empresas de la comarca, que en los últimos meses se las ven y se las desean para poder sacar adelante la carga de trabajo. Ninguna ha tenido que parar su producción, pero desde una empresa de instalaciones eléctricas reconocen que el desabastecimiento de materiales les lleva a posponer trabajos. «Lo que antes hacíamos en un mes, ahora puede tardar el doble», apunta.

Retrasos

El verdadero quebradero de cabeza está en la programación de las obras. Es un verdadero encaje de bolillos. «Ahí sí que sufrimos», explica el director comercial, que pone como ejemplo que si va a montar unos paneles fotovoltaicos, a lo mejor empieza con la instalación, pero que los problemas de entregas le retrasan hasta cuatro semanas el proceso. «Nosotros le compramos el cable a un distribuidor español, pero se surte de Europa o Asia y es ahí donde surge el problema», explican desde la firma de instalaciones eléctricas.

La preocupación del sector es total. «De momento llevamos la inercia de los contratos que teníamos, pero hay que ver qué ocurrirá», explica Rafael Outeiral, de Nodosa. El empresario del naval no utiliza microchips, pero sí sufre el encarecimiento y la falta de metales como el cobre, muy usado en este sector para el cableado. «Entre la reactivación económica, el aumento de la oferta y la demanda y algo de especulación, las materias primas se disparan», subraya Outeiral, que reconoce que «tenemos stock del material que utilizas, pero cuando hace falta algo especial, el precio es disparatado».

Las dificultades del grueso de las empresas de la comarca la esquivan en Pontevedresa Group. Iago Barbeito, responsable de la cristalería, asegura que «nosotros tenemos contratos a largo plazo y por ahora no tenemos problemas».

Ángel González, director de Setga: «Tuvimos la previsión de aprovisionarnos en exceso, pero las expectativas no son buenas»

 

Ángel González dirige una de las empresas punteras en la comarca con una cifra de negocio de casi siete millones de euros y medio centenar de empleados. Más del 80 % de los componentes que emplean los compran en un radio inferior a 150 kilómetros, pero eso no evita que sufran las consecuencias del desabastecimiento. «Nosotros tuvimos la previsión el año pasado de aprovisionarnos en exceso, no solo de chips, sino de otros materiales», apunta González, que reconoce que el stock se va consumiendo y «por las expectativas no parece que se vayan a resolver el problema ya. «De seguir así, a finales de año podríamos empezar a tener problemas», lamenta.

Aunque sus proveedores están en el entorno, la materia prima llega de fuera y es ahí donde ve un encarecimiento del producto. «Hasta ahora estuvimos y estamos trabajando al 200 %, pero hay preocupación por lo que pueda ocurrir a medio y largo plazo», apunta el director general de una empresa que lleva 32 años en Pontevedra.