En el marco de la lucha contra la pandemia del coronavirus, los militares, entre los que se encuentran los integrantes de la Brilat de Pontevedra, continúan ejerciendo su labor como rastreadores telefónicos. De hecho, y según pusieron de manifiesto ayer, el Ejército de Tierra cuenta con 1.109 rastreadores, que se suman a los 136 de la Armada y los 65 del Ejército del Aire, de tal modo que ya han realizado más de cinco millones de llamadas telefónicas enmarcadas en la Misión Baluarte.
Liderado por el Mando de Operaciones y coordinada por el Mando del Componente Terrestre (MCT) desde el Cuartel General de la Fuerza Terrestre, los soldados «son los encargados de conectar con personas que han dado positivo en covid-19 para interesarse por su estado de salud». Otras cuestiones por las que preguntan los militares de la Brilat, entre otras unidades, son por las posibilidades de conseguir alimentos y medicación, si sus interlocutores son personas de riesgo por tener patologías previas o por sus contactos recientes, «desde dos días antes de presentar síntomas o si son asintomáticos, desde que se realizaron la prueba». De igual modo, «también, se realizan seguimientos a contactos que no han dado positivo en coronavirus, pero que deben cumplir con la cuarentena domiciliaria».
Seguimiento de variantes
Por otro lado, y según confirman desde el Ejército de Tierra, los rastreadores militares esta semana «están realizando seguimiento a las variantes de Argentina, Bolivia, Colombia y Namibia». De hecho, algunas de las comunidades ya han solicitado el número de rastreadores telefónicos, caso de Cantabria, que tiene previsto reforzar este servicio con una decena de soldados, o de Extremadura, cuyo gobierno solicitó la incorporación de treinta.