El Banco de Alimentos de Pontevedra dobla el reparto de verano: 35.000 kilos de comida para no dejar desabastecidas a las familias

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

ADRIÁN BAÚLDE

La entidad benéfica necesita voluntarios para poder abastecer la demanda estival

06 jul 2021 . Actualizado a las 10:41 h.

El Banco de Alimentos de Pontevedra prevé entregar este mes más de 35.000 kilos de comida. Tendrán que doblar el reparto habitual para poder atender la fuerte demanda que deja los meses de julio y agosto. En sus instalaciones de la calle Faustino Santalices trabajan estos días a un ritmo imparable para poder cubrir las necesidades de todas las entidades con las que trabajan durante todo el año y en especial cuando arranca el período estival. El cargamento de alimentos que preparan para cada una de ellas se entregará a lo largo de todo el mes. Preparan cestas de comida para las 41 asociaciones con las que colaboran y que son las intermediarias con las familias.

A estas alturas del año tienen llenas las estanterías de la nave, pero el responsable del Banco de Alimentos en Pontevedra, José Luis Doval, reconoce que eso siempre es engañoso. «Pensamos que hay un montón, pasan dos semanas y se va todo. Así que nosotros siempre pedimos ayuda, nos viene bien en cualquier momento», explica Doval, que repite algo que dice siempre: «Ojalá no tuviese que existir el Banco de Alimentos, eso sería que todo está bien, pero por desgracia tenemos que seguir aquí».

Los responsables de la entidad benéfica reconocen que todavía viven de la campaña de Navidad. El covid modificó la Operación Kilo y quien quiso colaborar tuvo que hacerlo donando una cantidad de dinero en la caja del supermercado. Esa entrega virtual le permitió al Banco de Alimentos gestionar la compra en función de sus necesidades. Lograron reunir más de medio millón de euros, del que todavía siguen tirando. «Ojalá este año se pueda hacer así otra vez, al hacer la compra escalonada nos beneficia porque sabemos de lo que hay escasez», comenta Doval.

Para hacer frente a este macro reparto del verano hay más voluntarios de los habituales trabajando en el almacén de Pontevedra. Pero aún así son insuficientes. Es por eso, que además de alimentos, también piden colaboración. «Necesitamos más voluntarios para un reparto que es esencial, no hace falta nada más que venir y decirnos que quieres ayudar», explica José Luis Doval. Solo en Pontevedra atienden a 41 asociaciones, entre las que destacan Cáritas, el comedor de San Francisco o Calor y Café. A todos ellos mandarán ahora un doble pedido que incluye conservas, pastas, pescado, cacao, café y leche, entre otros productos de primera necesidad. «En esta cesta de verano aumentamos los cereales y el cacao porque muchos niños que desayunaban hasta ahora en el colegio, tienen que hacerlo en su casa», explican los voluntarios.

Ayuda europea

El Banco de Alimentos provincial acaba de recibir más de 216.000 kilos de alimentos del Fondo de ayudas europeo para personas desfavorecidas (FAED), que repartirán entre más de 150 agrupaciones de la provincia. Eso supone llegar a cerca de 20.000 familias pontevedresas. Tanto en el de Pontevedra como en el del resto de la provincia la pandemia ha agravado la situación de muchas personas. Desde el Banco de Alimentos reconocen que si algo ha enseñado la crisis sanitaria es la vulnerabilidad. Decenas de personas que nunca pensaron que podrían necesitar ayuda, se han visto obligadas a recurrir a las oenegés. «Los que se han caído del mercado con más de 50 años están teniendo una difícil reinserción. Esos son los casos más dramáticos, junto a muchos de los que tenían trabajos precarios», apunta Doval sobre el perfil que más ha aumentado con la pandemia.

El Banco provincial estima que la demanda creció un 25 % derivado de la crisis sanitaria. Es una situación comprometida que amenaza con cronificarse. «El Banco no coge vacaciones y por eso en este mes de julio repartiremos ente las entidades el doble de comida para que ninguna quede desabastecida durante el próximo agosto», explica Iván Martínez, presidente del Banco.

El Banco de Monte Porreiro atiende a casi 200 familias y demanda aceite y comida sin gluten

  

El Banco de Alimentos de Monte Porreiro no tiene nada que ver con el Banco de Alimentos de Pontevedra. Ambos recogen comida, pero son dos entidades distintas. La del barrio pontevedrés ayuda directamente a las familias de la ciudad, mientras que la que gestiona la nave de Faustino Santalices reparte a 41 asociaciones, que actúan de intermediarias con los más necesitados.

Y es ahí, en el entidad de Monte Porreiro, donde estos días tienen necesidad de aceite. Es un elemento indispensable en las cestas que entregan a las familias y que por su alto precio, escasea en las donaciones de particulares. Este Banco de Alimentos atiende a casi 200 familias de Pontevedra, muchas de ellas residentes del barrio de Monte Porreiro, donde nació este colectivo social.

En las últimas semanas han triunfado en las redes sociales gracias al concursante gallego de La isla de las tentaciones, Hugo Pérez, que se unió a ellos para animar a la gente a colaborar con el Banco entregando productos sin gluten. Entre las familias que atienden hay dos menores celíacos con los que Hugo se involucró. A través de su cuenta de Instagram, donde tiene más de 800.000 seguidores, el concursante de La isla de las tentaciones convirtió la campaña solidaria en un éxito. María Rey, una de las voluntarias del Banco de Alimentos de Monte Porreiro, reconoce que su implicación ayudó a que en el próximo reparto pueda haber más variedad para estos pequeños celíacos. «Nos estaba costando tener se tipo de productos y los niños de estas familias los necesitaban», explica Rey, que habló con él para esta pequeña campaña.