Así ha cambiado la sexualidad de los jóvenes de Pontevedra en 13 años
PONTEVEDRA
«La comunicación de padres a hijos sobre sexualidad sigue fallando», concluyen los sexólogos tras una encuesta en la que participan más de 400 alumnos del IES A Xunqueira I
18 jun 2021 . Actualizado a las 09:11 h.La Asociación Galega de Sexoloxía y equipos directivos de centros como el del IES A Xunqueira I de Pontevedra consideran que la educación sexual es todavía muy necesaria para los jóvenes. Hace trece años, en el curso 2008/2009, este instituto ya había participado en una encuesta voluntaria y anónima impulsada por el entonces presidente de la Asociación Galega de Sexología, el urólogo Manuel Varela. Él mismo recordaba ayer que sobre el sexo en adolescentes hay «poco publicado» porque es necesario contar con muchos permisos del centro educativo, padres, profesores y de los propios chavales cuando son menores de edad. «Aquel trabajo se publicó en el 2010 en una revista internacional y ahora que me acabo de jubilar quisimos hacer una segunda edición para ver si han cambiado las cosas», señaló el médico.
Este curso que está a punto de rematar han repetido experiencia. Este jueves Manuel Varela, el ginecólogo Viñas Leiro y la psicosexóloga Emma Placer visitaron el IES A Xunqueira I para mantener un encuentro informal con alumnos de 2.º a 4.º de la ESO. Divididos en tres grupos participaron en el pabellón en unas sesiones en las que se profundizó y se habló sobre su sexualidad.
El punto de partida fue una encuesta que hicieron los estudiantes a partir de 2.º de la ESO y también de bachillerato. Participaron en ella 452 alumnos, el 98 % de 13 a 19 años -hay 2 de 20 y uno de 21 años- . Los resultados se han analizado por encima antes de la charla de ayer para poder extraer algunas conclusiones, aunque no están desglosados todavía por edad, sexo o ámbito urbano o rural. Manuel Varela cuenta que la edad de la primera experiencia sexual se ha adelantado, si en la encuesta del 2008 se situaba en los 14-16 años, ahora se tiene a los 13-14.
Los chavales aseguran que tienen «bastante información sexual», aunque la respuesta a una segunda pregunta deja preocupados a los miembros de la asociación. «Entre el 40 y 45 % dice que recibe la información de sus amistades, y después también de Internet, no de la familia ni de sus profesores. Las amistades les hablan de su propia experiencia personal, que puede ser buena o mala, y no está basada en datos clínicos». Desde la Asociación Galega de Sexoloxía lo achacan a la proximidad y al hecho de que los progenitores participan poco. «La comunicación de padres a hijos sigue fallando, supongo que a veces por vergüenza. De entrada, no se establece una buena comunicación y, en todo caso, siempre es mejor de madres a hijos que de padres a hijos», apunta Manuel Varela. También hay jóvenes que consideran que, aún siendo menores de edad, sus padres no tienen por qué saber si tienen relaciones sexuales, aunque para otras muchas cosas sí dependan de ellos.
Un dato que llama la atención es que el 7,5 % de los encuestados dice haber sufrido abuso sexual. Manuel Varela aclara que no se tiene que entender como sexo completo no consentido, sino como toqueteos, besos o caricias no queridas. Lo que lleva a tener relaciones sexuales es la curiosidad en un 15 % de los jóvenes. A ese motivo siguen otros como el deseo, el enamoramiento o las relaciones no consentidas, estas en un 3,5 %.
Un 5 % de los chavales asegura haber tenido relaciones con personas de su mismo sexo, cuando en la encuesta anterior el porcentaje era mucho más alto, del 20 %. En lo que también hay cambio es si un pene o unos pechos grandes excitan a la hora de tener relaciones sexuales. «Ahora interesa más el contexto global de la persona que el tamaño», comenta Manuel Varela.
¿Con quién han tenido relaciones sexuales? La mayoría ha optado por la pareja, pero un 2,5 % dice que han sido en grupo. Sobre las zonas del cuerpo que provocan más excitación, los genitales no lo copan todo, sino que se amplía a partes como el cuello, las orejas o las zonas inguinales. Los adolescentes sostienen que conocen las enfermedades de transmisión sexual (ETS), si bien no sus síntomas. Sí dicen saber a dónde acudir si fuera necesario. Respecto a los métodos anticonceptivos, el preservativo es el más usado, con un 22,5 %, seguido de la píldora y el DIU.