Castillos, puentes imposibles, túneles para reptar... todo ello en la provincia de Pontevedra

maría hermida
María Hermida (Rodeiro, 1981). Licenciada en Publicidade e Relacións Públicas. Máster en medios de comunicación de La Voz. Traballou nas delegacións de Deza, Arousa, Ferrol, Barbanza e, actualmente, en Pontevedra

Andar por andar es tontería. Esa lógica deben aplicar un buen número de niños que, en cuanto ven que una ruta de senderismo no depara grandes emociones (sobre todo físicas), comienzan con el entendible rosario de quejas. «Mamá, me canso», «papá, llévame a caballito»... Así suele empezar la cosa. Y da igual entonces que las vistas sean espectaculares o que la ruta discurra entre árboles centenarios... Se necesita aventura; requieren un chute de adrenalina que evite disgustos. La suerte es que en la provincia de Pontevedra sobran rutas con ese plus aventurero que puede salvar muchas excursiones. 

Fervenza de Segade

Una ruta para pequeños exploradores. La ilusión de toparse con un túnel de un metro de alto y 40 de longitud en el que podrán usar sus linternas y explorar puede ser un aliciente para que los niños hagan de buen gusto la ruta que parte de la carballeira de Caldas y, de forma circular, lleva tanto a la cascada de Segade como a la vieja central eléctrica

Molinos de Rodeiro

Ideal por ser corta y estar en un municipio donde en invierno hay sorpresa. Hay decenas de rutas de senderismo recomendables para niños en la provincia con los molinos como protagonistas, desde O Folón en Vigo a muchas otras. Lo que distingue a la que hay en Rodeiro, en el interior pontevedrés, es que es corta y, por tanto, asumible para niños de poca edad. Además, tiene puntos aventureros como escaleras o algún salto en el que los pies pueden acabar en el agua. Si se hace en invierno, Rodeiro es uno de esos municipios donde todos los años nieva. 

Por las laderas de Xiabre

ADRIAN BAULDE

Buscando puentes inclinados. El confinamiento sirvió para que muchos vecinos de Vilagarcía pusiesen sus ojos en un sendero de su municipio que arranca del embalse de Castroagudín y serpentea hacia el monte Xiabre al borde de un río preñado de cascadas. Lo curioso de esta empinada ruta es que fue preparada para bicicletas de montaña, así que cuenta con puentes de madera inclinados que requieren esfuerzo para atravesarlos. Se llega a Fontefría, donde hay una área en la que se puede comer y correr en libertad. 

Salinas do Ulló

cedida por pedaladas

El riesgo gusta. Acercarse hasta las Salinas do Ulló (Vilaboa) y hacer un recorrido circular es, además de una opción cómoda y asequible para un paseo en familia, otra manera de toparse con aventura. Se materializa esta al cruzar el camino de piedra sobre el mar o husmeando en las ruinas de la granja de As Salinas. El entorno, que permite combinar rutas, es un espectáculo para los sentidos, con la isla de San Simón y la ría de Pontevedra de fondo. 

Lago de Castiñeiras

CAPOTILLO

Entre cabras y caballos anda el juego. El lago de Castiñeiras, en Marín, además de ser un espacio natural emblemático para pasar el día y comer de campo, permite hacer una pequeña ruta a pie circular en la que los animales ponen el toque distinto. Hay caballos, ponis, cabras, ovejas... Además, a poco que se ande enseguida se da de bruces con un parque infantil acorde con el entorno que incluye tirolinas.  

Más allá del castillo

XOAN CARLOS GIL

El puente movedizo de Soutomaior. Soutomaior merece visita con niños solamente por el castillo. Pero, si se quiere aderezar el viaje con un buen paseo, muy cerca de la fortaleza, allí donde las aguas del Oitavén se juntan con las del Verdugo, hay sendero aventurero. ¿Por qué? El culpable es un puente colgante movedizo que hará la delicia de los pies menudos y asustará a algún padre. 

El Bosque Encantado

XOAN CARLOS GIL

Con el nombre basta. ¿Quién no va a querer caminar por un sitio al que se le llama Bosque Encantado? La respuesta está clara. Se ubica en Aldán y tanto el acueducto como las ruinas del viejo castillo o los árboles que invitan a treparlos son reclamos suficientes. La ruta, fácil de encontrar, es entre ramas, con la sombra garantizada en días de calor. Además, hay playas próximas. 

Buscando vikingos

MONICA IRAGO

De la playa a las Torres do Oeste. En Catoira, otro paseo apetecible es el que va a orillas del litoral hacia las Torres do Oeste, que invitan a la imaginación y a hablar de los vikingos. Que por algo desembarcaron por allí.