«Queremos libertad»; la ilusión de los vacunados a punto de jubilarse

María Hermida
María Hermida REDACCIÓN / LA VOZ

PONTEVEDRA

Los nacidos en 1958 y 1959 cerraron el fin de semana de vacunación en Pontevedra

12 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El domingo fue sinónimo de jornada de vacunación masiva en el recinto ferial de Pontevedra. A media mañana, decenas de personas nacidas en 1958 y 1959 y, por tanto, de 62 y 63 años de edad, enfilaban hacia el pabellón para que les inoculasen el suero. Al mediodía, no había colas y una de las profesionales del Sergas señalaba: «Viene gente continuamente, pero poco a poco. No tuvimos esperas». Esta sanitaria calculaba que estarían todo el día vacunando, aunque el sábado se terminó por la mañana. El denominador común de muchas de las personas que recibían el pinchazo, sin duda alguna, es que la pandemia primero y ahora la inmunización las cogió con un pie ya en la jubilación. Y están deseando inaugurar su merecido descanso laboral sin la pesadilla del covid por el medio: «Queremos libertad», decían con mucha más ilusión que exigencia en sus palabras.

Jaime, de Poio y de 63 años, era uno de los convocados a vacunarse ayer. Lo hizo junto a Loli, de la misma edad y vecina de Salcedo. Tras ambos pinchazos, los dos reflexionaban sobre lo que echan de menos. Y lo tenían bastante claro: «Todos queremos saúde, claro que si, que é o principal. Pero tamén recuperar a nosa vida. Eu boto tanto de menos as festas... a min gústame bailar e quero volver bailar o agarrado», soñaba Jaime en voz alta. «Pois si, e viaxar tamén, volver vivir coma antes. Nunha palabra: liberdade», remachaba Loli.

«Parece que ando asustada»

Les escuchaba Carmen, mientras reposaba sentada en el recinto ferial los minutos de rigor tras el pinchazo. Ella, vecina de Ponte Sampaio, indicaba: «Esperemos que o da vacina acabe con isto, porque eu recoñezo que teño 63 anos e parece que ando asustada pola rúa, estou como perdida. Quero recuperar a vida de antes. A miña filla está vacinada pero aínda non come con nós, isto non ten nada que ver co de antes».

Esa necesidad de recuperar la vida de antes de la pandemia fue la que también empujó a María Victoria, de Tomeza, a vacunarse. Señalaba que su caso era complicado porque tiene muchas alergias. Pero, aún así, decidió ir a la cita con el pinchazo: «Paréceme que é o que temos que facer. Oxalá poidamos deixar pronto atrás as mascarillas. Eu teño un xustificante médico e non tería que levala, porque me fai dano na cara polas alerxias. Pero aínda así póñoa igualmente», decía.

Además de en el recinto ferial pontevedrés, dentro del área sanitaria también tocó fin de semana de vacunación masiva en Vilagarcía, en Fexdega. Ayer había personas citadas hasta la última hora de la tarde que fueron convocadas, mediante un SMS, el viernes a última hora. Pertenecían a la franja de edad de 60 a 65 años. Tampoco se encontraron colas. «En quince minutos, todo listo», refería un vilagarciano tras pasar por el recinto.

 El balance de la semana

En total, en las citas masivas de esta semana fueron llamadas alrededor de 14.500 para ser vacunas en el área sanitaria. Se comenzó por los de 60 a 65 años, con más de 5.300 citaciones. Luego, se vacunó también a personas de entre 75 y 79 años (se convocó a unas 9.000) y ayer las inoculaciones se centraron en personas de entre 60 y 65 años. Falta que el Sergas confirme el porcentaje de participación.

Una veintena de multas el domingo por la mañana por saltarse el cierre de O Grove

Que O Grove es un municipio con muchos atractivos no es una sorpresa: esta localidad es una de las mecas del turismo gallego desde hace muchos años. Su imán sigue funcionando, pese a que el covid-19 ha complicado tanto la situación en esta localidad arousana, que la Xunta ha decretado su cierre perimetral. Lleva así desde el pasado jueves, pero esa circunstancia no ha impedido que un buen número de personas, procedentes de distintos lugares de Galicia, hayan querido acercarse a la península arousana este fin de semana. Si el sábado por la mañana la Policía Local dio inicio a una docena de propuestas de sanción por saltarse el cierre perimetral, ayer el número subió: fueron 21 las propuestas para multa por el mismo motivo. En la mayoría de los casos eran vecinos de localidades del entorno que querían visitar la villa meca, aunque también fueron identificados vecinos de Ferrol y Santiago.

Por otra parte, la policía de Poio advirtió a varios locales de hostelería de la necesidad de colocar a la vista los códigos QR y la cartelería con los datos de aforo de sus establecimientos.

Mil grovenses de entre 19 y 49 años no acudieron a un cribado al que habían sido citados 

La situación epidemiológica en O Grove es mala. Muy mala. En los últimos siete días, la localidad ha sumado una treintena de casos nuevos, hasta los 74 que se contaban ayer. Por esa razón, O Grove está en el nivel máximo de restricciones, con cierre perimetral y la hostelería condenada a la clausura total. «Nos quedan semanas difíciles, la normalidad ahora mismo la vemos lejos, y esto va a afectar mucho a todo el pueblo y a todos los sectores económicos», reconocía ayer el alcalde, José Cacabelos (PSOE).

La situación es tal que la Xunta ha realizado cribados masivos en la localidad. Durante la semana, en varios centros educativos, con una participación de más del 90 % de las personas convocadas. No se puede decir lo mismo del cribado realizado viernes y sábado en el pabellón de Monte da Vila, entre vecinos de entre 19 y 49 años. Habían sido convocadas 2.600 personas, de las que acudieron 1.612. Es decir, la participación fue de un 62 %, lo que se traduce en un mal dato, en una «participación por debajo de la media», según le trasladó el gerente del área sanitaria Pontevedra-O Salnés.