La Facultade Ágora insta a una reorientación de los espacios públicos

Si algo quedó meridianamente claro tras la primera jornada de la Facultade Ágora es el llamamiento que los intervinientes hicieron para que, de manera urgente, villas y ciudades modifiquen su diseño, organización y urbanismo hacia modelos que tengan en su epicentro a las personas en lugar de a los vehículos. A la hora de argumentar esta reorientación de las políticas municipales se aludió a cuestiones de salud, pero también medioambientales.

Así lo manifestó el urbanista José Fariña, quien remarcó que el momento actual «é crítico», de «auténtica emerxencia e hai que facer algo, que implica cambiar o modelo que ata agora se propuña de deseño e organización das cidades. Hai que cambiar o modelo baseado no automóbil privado cara a un modelo baseado no peón. Así de fácil».

En su intervención, reconoció que los municipios más pequeños tendrían más fácil una transformación que, en su opinión, se realizaría a través de tres grandes líneas de actuación. Por un lado, apostar por diseños pensados en los viandantes, en los que se faciliten los tránsitos a pie; por otro, introducir la naturaleza en las urbes porque el espacio público, en su mayor parte, se ha venido destinando a calzadas para los automóviles; y, ya por último, recuperar y crear espacios de convivencia que «desapareceron porque os espazos urbanos pasaron a ser espazos nos que só hai circulación de coches».

De igual modo, el considerado como padre de las supermanzanas de Barcelona y especialista en urbanismo ambiental, Salvador Rueda, advirtió del hecho de que se tardó demasiado en tomar consciencia de la necesidad de recuperar el espacio público para las personas, un hecho que ha terminado por evidenciar la pandemia del coronavirus. Es por ello que entiende que, en las ciudades, el espacio público es crucial «para poder acercarnos a un futuro con menos incertidumbre (...) Estamos en una situación muy grave de emergencia climática. Todos los problemas están generados principalmente por las ciudades y deben abordarse de manera rápida y global con modelos que permitan hacer cambios en tiempos reducidos. Sin la transformación del espacio público y de la movilidad actual es bastante difícil lograr objetivos».

Rueda se mostró convencido de que estas transformaciones se pueden realizar en un corto período de tiempo y con inversiones reducidas, pero con resultados que redundan en una mejora de la calidad urbana y de vida. Aludió, en este sentido, al proyecto en el que está implicado desde hace tres décadas en Barcelona y que, según reseñó, ha permitido destinar buena parte del espacio público dedicado a la movilidad a otros usos, pero sin comprometer el tráfico. «¿Si se puede hacer en Barcelona, no se va a poder hacer en un concello?», se preguntó al respecto.

Doscientos asistentes

Esta primera jornada de la Facultade Ágora que impulsa la Diputación de Pontevedra y que contó con más de doscientos representantes políticos y técnicos municipales fue inaugurada por el diputado de Mobilidade. Uxío Benítez resaltó que tanto esta iniciativa, como la Rede de Concellos Ágora polo Espazo Público, de la que forman parte 54 ayuntamientos pontevedreses, han puesto el foco en el horizonte del 2023, año en el que «se pretende que o espazo gañado aos coches para destinalo ás persoas se incremente porcentualmente de maneira clara e comprobable».

Tras las conferencias magistrales de José Fariña y Salvador Rueda arrancó un debate telemático en el que tomaron parte César Mosquera, vicepresidente de la Diputación; Alfonso Gil, concejal de Movilidad de Bilbao; y Santiago Fernández, exconcejal de Torrelodones Santiago Fernández que sustituyó a la alcaldesa de esta localidad. El coloquio puso sobre el tapete las distintas experiencias urbanísticas implementadas en las tres ciudades coincidiendo «na necesidade de actuar para modificar o deseño e funcionamento das vilas e cidades dando protagonismo ás persoas sempre con determinación e valentía política».

---

---

---