«Había que vacunarse. Hay gente más aprensiva, pero tenía ganas»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Arranca con orden y mucha agilidad la inoculación para el grupo de 75 a 79 años

09 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Mucha actividad desde bien temprano en el interior y el exterior del recinto ferial de Pontevedra, donde ayer se inició el proceso de vacunación masiva contra el covid para personas de 75 a 79 años. Un policía local regulaba el acceso al interior de la instalación y miembros de Protección Civil ayudaban en las labores organizativas. «Si no puede andar, que pase por aquí», decía el guardia a unas personas. La jornada empezó antes de las nueve de la mañana y algunos de los convocados se vacunaron antes de la hora de la cita, dada la agilidad en los puestos donde se ponían las dosis.

José Luis Abal, vecino de Pontevedra de 78 años, acudió andando al recinto. «Tenía para las 10.05. Fue muy rápido». ¿Tenía ganas de vacunarse?, se le pregunta. «Había que hacerlo. Hay gente más aprensiva que otra. Pero por supuesto que tenía ganas, el grupo de 70 a 79 no pasábamos y estábamos como en un sándwich», comenta tras recibir el suero de Pfizer, que es el que se administra a este grupo de edad. Celia García, de Marín, se sube al coche de su hija, también Celia, ya vacunada. Antes de irse de vuelta a su municipio se para y comenta amable: «Claro que prefiero la de Pfizer, la otra [por la AstraZeneca], la ponen y la quitan». A sus 78 años quería vacunarse porque «esto da miedo».

Dolores Fernández, de Paradela, en Meis, está sentada en la zona de sillas donde tienen que esperar 15 minutos los que son inmunizados con la primera dosis. A su lado, de pie, su hija. Tirando de retranca gallega, dice cómo se siente. «¿Se tiña ganas? Si, ganas, pero non aquela ilusión. Chamaron e vin. Sempre poño a da gripe. Está moi ben organizado todo», señala Dolores. Tanto a ella como a su marido les tocó desplazarse a Pontevedra, a pesar de que también se vacuna en Vilagarcía.

A unos metros está José Morgade, junto a su mujer, también de pie detrás de su silla. A este matrimonio le tocó venir desde más lejos. Tuvieron que hacer 38 kilómetros desde su domicilio en Soutelo de Montes, en el municipio de Forcarei. Su mujer dice que se le hable bien alto porque está un poco sordo. «Foi puntual. Non sabía cal é a que toca», apunta sobre la vacuna. «Isto é como ir ao matadoiro», bromea José. Tiene 78 años y su mujer, con 74, tendrá que esperar al no entrar en este grupo de edad. Una pena no poder aprovechar el viaje, se lamenta ella.

En el exterior, Jesús Couto, de la parroquia de Mourente, en Pontevedra, se va tranquilo con el pinchazo en su brazo y la mitad de los deberes hechos. Nacido en el 43, tiene 78 años y lo llamaron hace unos días. «Pusieron la de Pfizer, yo como no entiendo de esto, supongo que estará bien. Me duele más una mosca que esto. Tenía ganas y me dijeron que ya me avisarán para la segunda dosis». Jesús tenía cita para las 10.45 horas pero antes de esa hora ya abandonaba el recinto ferial. Ellos fueron algunos de los cientos de personas vacunadas durante la mañana. Un proceso que siguió por la tarde.

La inmunización de este grupo de edad se prolongará hasta el domingo. En total están citadas 6.800 personas en Pontevedra, y otras 2.200 en Fexdega, en Vilagarcía, el otro punto de vacunación del área sanitaria. La vacuna sigue siendo a día de hoy la mejor arma para combatir el virus, insisten los sanitarios. En Pontevedra y O Salnés los casos de covid suben y ayer había 283 infecciones. Aunque lejos del techo de la tercera ola -2.613-, es la cuarta área de salud de Galicia en positivos tras A Coruña (616), Vigo (600) y Santiago (318).