Una crisis turística sin paliativos: 66 % de pernoctas menos en un año en la provincia

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

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CAPOTILLO

Pontevedra sufre un espectacular retroceso como consecuencia del coronavirus

26 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los últimos datos publicados esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan la cruda realidad de la profunda crisis del sector turístico en la provincia de Pontevedra ante los estragos económicos del coronavirus. Si se hace la comparativa de un año de pandemia con los resultados de los doce meses anteriores sin covid y cuando la provincia, por así decirlo, estaba de moda, las cifras difícilmente pueden ser más descorazonadoras. De marzo del 2020 a febrero del 2021 se ha constatado un descenso del 69,1 % en las visitas y de un 66,1 % en las pernoctaciones en hoteles.

Así dicho las cifras ya impresionan, pero a estos porcentajes se les pueden poner números más concretos. Siguiendo al INE, desde marzo del 2019 a febrero del 2020 -último mes antes de la declaración de la pandemia y el confinamiento- se contabilizaron en la provincia de Pontevedra más de 1,5 millones de visitantes y se rebasaron los 3,5 millones de pernoctaciones en hoteles. Al analizar el siguiente período, ya en pandemia, desde marzo del 2020 a la actualidad no se ha llegado a registrar ni medio millón los visitantes, es decir, han dejado de venir a Pontevedra más de un millón de personas. Por su parte, en cuanto a las pernoctas hoteleras cayeron hasta quedarse en algo más de 1,1 millones. Supone 2,3 millones de pernoctas menos. Es una catástrofe turística sin paliativos y que supera con creces en repercusiones negativas lo ocurrido en la crisis del ladrillo.

El 2021 empieza también con malos augurios. En febrero de este año, comparado con el mismo período del 2020, la caída de las pernoctaciones es de un 71,5 %, mientras que el de los viajeros llega al 77,6 %.

Si se tiene en cuenta además que las Rías Baixas y especialmente Sanxenxo, Baiona, Pontevedra y Vigo acaparan el grueso de este turismo que se aloja en los hoteles, el impacto del covid en estos ejes fundamentales de la economía gallega es aún mayor. Las cosas están yendo tan mal que el INE ha dejado de contabilizar los datos particulares de los distintos destinos turísticos como Sanxenxo, O Grove y Vigo, que suele examinar mensualmente. Ahora ofrece únicamente las estadísticas a nivel provincial.

No es que Pontevedra esté sufriendo más que otros territorios el impacto del covid, porque el mismo escenario devastador está pasando en el resto del territorio estatal, pero las cifras revelan una crisis profunda con un desenlace que todavía está lejos.

El 2021 iba a ser el año por excelencia del turismo en las Rías Baixas, con un creciente interés entre los visitantes extranjeros y la fidelidad de los peninsulares a la costa pontevedresa. Además estaba el factor del año santo compostelano, que se preveía que iba a llenar aún más el Camino Portugués, que para evitar saturaciones se había diversificado en rutas alternativas diversas.

Todo se fue al traste en marzo del 2020 y está lejos de recuperarse. El cierre de fronteras con Portugal, por ejemplo, tiene un serio impacto en Sanxenxo, donde los lusos son uno de sus mercados tradicionales. No obstante, esta localidad puede considerarse afortunada en el sentido de que tuvo un verano bastante bueno, sin que trascendiesen brotes graves de covid y con unas medidas de seguridad en locales y playas que le permitió capear la temporada estival mucho mejor que la mayoría de los destinos turísticos analizados por el INE. Ahora mismo y a puertas de Semana Santa, sin embargo, su clasificación como nivel alto de restricciones por el Sergas ha supuesto una losa a la oferta hotelera en la primera cita del año. Lo mismo puede aplicarse a Baiona, el otro destino por excelencia de la costa sur provincial.

El INE cifra en un -28,2 % la caída de la rentabilidad hotelera frente a febrero del 2020

El Instituto Nacional de Estadística ha entrado a valorar, a modo genérico para toda España, la repercusión de la pandemia en la rentabilidad de los establecimientos hoteleros. En una comparativa entre febrero del 2020 y el mes pasado del ejercicio en curso, el descenso en la rentabilidad se habría situado en un -28,2 %. En su informe mensual, el INE precisa que en febrero de este año la facturación media diaria de los hoteles por cada habitación ocupada se situó en los 60 euros. Asimismo, la tasa anual del índice de precios hoteleros se situó en el -14,4 % en febrero del 201, es decir, 15,3 puntos por debajo del valor contabilizado en el mismo período del 2020, y desde el INE se puntualiza que implica «3,3 puntos menos que el registrado el mes pasado».

Esta es la percepción que también tienen buena parte de los empresarios del sector hotelero en Sanxenxo, que adelantaron el cierre de sus establecimientos en otoño cuando se confirmó la suspensión de la Festa do Marisco do Grove. La mayoría de los pocos que quedaron abiertos echaron el cierre en diciembre y no han vuelto a abrir la puerta para Semana Santa. En el Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo (CETS) se espera que la situación mejore para el verano y se puedan volver a reabrir sus negocios, un sentimiento compartido también desde el Ayuntamiento. De hecho, el alcalde, Telmo Martín, realizó esta semana una inspección in situ en las playas del municipio para coordinar con Costas la realización de pequeños trabajos que garanticen la puesta a punto de las playas para la temporada turística. Es una regla general en los municipios costeros.