Trabajadores de Ence llevan su lucha a Madrid y Ribera escuchará a los afectados

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Los manifestantes «decoran» Transición Ecológica con papel higiénico

13 mar 2021 . Actualizado a las 04:29 h.

 

Trabajadores de Ence, sector forestal y transportistas se concentraron ayer ante la sede del Ministerio de Transición Ecológica en Madrid. Según la presidenta del comité de oficinas centrales de Ence, Ana Cedeira, el objetivo era exigir una reunión con la ministra. La concentración en Madrid fue la culminación de una semana que comenzó el martes con corte de la autovía, barricadas y un encierro en la Diputación, y continuó el jueves con otro encierro en la Alcaldía de Pontevedra. Al término de la protesta, una delegación de estos manifestantes aseguró que se les concedió una entrevista con la ministra Teresa Ribera el próximo miércoles. Por su parte, el comité de empresa de la fábrica, que no participó en la protesta en Madrid, informó ayer por la noche de que se les ha citado a una reunión la próxima semana con la ministra. No ha trascendido si esta segunda cita anula a la anterior o si habrá dos con distintos interlocutores.

A la movilización en Madrid, según fuentes presenciales, asistieron más de 200 personas de los distintos sectores vinculados a Ence Pontevedra. El único sindicato que apoya esta protesta es CC. OO. A su llegada al ministerio, lanzaron numerosos rollos de papel higiénico, uno de los principales productos que se elaboran con la celulosa que se fabrica en Lourizán. En minutos, el vuelo de docenas de rollos empapeló el suelo, y la verja del ministerio y la acera quedaron «decoradas» por las largas tiras blancas. Además, se corearon las consignas habituales en defensa de la fábrica, hubo lanzamiento de petardos y hasta un bombo. La movilización se prolongó durante la mayor parte de la mañana.

Ana Cedeira, como portavoz de los manifestantes, explicó que una representación fue atendida por el subsecretario de Estado de Medio Ambiente, Miguel González. El grupo que entró en el ministerio lo formaban la propia Cedeira, un representante de los trabajadores de la fábrica, un transportista, un suministrador de madera y un contratista de aprovechamientos forestales.

González les informó de que Ribera se encontraba ausente, en el Consejo de Ministros. Los pontevedreses expusieron sus reivindicaciones más relevantes al subsecretario. Al acabar la reunión Cedeira explicó que les habían confirmado que la ministra recibirá el próximo miércoles por la tarde a las mismas personas que estuvieron con González.

De forma paralela y totalmente independiente de estas protestas, el comité de empresa de la fábrica ha mantenido un perfil bajo en sus declaraciones. En un comunicado del jueves por la noche hicieron referencia a dos reuniones telemáticas de ese mismo día. Una fue con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán; y la otra con el presidente de Ence, Ignacio de Colmenares. El comité incide en que el CEO de Ence aceptó «o plantexamento realizado polo comité de empresa para a creación dun espazo de traballo para garantir o futuro dos nosos postos de traballo», que es lo que le pidieron a Morán.

Por su parte, ayer por la noche el delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, expresó a través de un mensaje en Twitter, que la ministra cumplirá «su compromiso de diálogo y fija fecha para la reunión con el comité de empresa de la fábrica de Ence la próxima semana». Losada no hace referencia en su Twitter a la cita de la que hablaron los manifestantes de la mañana. El comité de empresa de la fábrica, en un posterior comunicado, indicó que el gabinete de Losada les confirmó la reunión con Ribera la próxima semana «á espera de decidir día e forma no seo do comité».

La empresa insiste: «No existe ubicación alternativa viable desde el punto de vista técnico ni económico en Galicia»

  

La jornada de este viernes fue un constante cruce de críticas y propuestas de las fuerzas políticas sobre el futuro de Lourizán. El primero en intervenir fue el diputado del BNG Luís Bará, que pidió tres cosas. Al PP y a la empresa una «condena rotunda e firme» contra la escalada de protestas y el incidente protagonizado por algunos trabajadores de Ence en el párking a la salida del coche del alcalde. A Feijoo le reclamó que «dea instrucións á empresa» para que cese esta clase de comportamientos, responsabilizando al Gobierno gallego de lo ocurrido. Y en tercer lugar pidiendo a la Xunta y al PP, junto a la pastera, que «abandonen a Enceborroka». Bará reclamó que la Xunta lidere el proceso para «unha saída de Ence da ría, unha saída ordenada e pactada».

En la Diputación, el vicepresidente César Mosquera se pronunció en términos semejantes. En el Concello de Pontevedra, BNG y PSOE volvieron a mostrar unidad de acción y en el pleno del día 22 se debatirán mociones instando a Ence, la Xunta y el Gobierno central a «traballar de forma inmediata polo traslado» y con la «garantía de manter os postos de traballo». El bipartito municipal afirmó que «Ence ten que marchar de aí» y que hay que «buscar fórmulas para reubicar a actividade industrial».

Desde el PPdeG, Miguel Tellado, condenó «todo tipo de violencia sen escusas». Criticó el «falso ecoloxismo de Sánchez» y acusó al BNG de ser el «pagafantas do Goberno» central porque «lles encaixa o discurso anti Ence». El popular anunció que el PP presentará una enmienda transaccional al artículo 18.4 del proyecto de Ley de Cambio Climático para despejar cualquier duda de que un presunto carácter retroactivo afecte a las prórrogas de concesiones como la de Ence y el sector acuícola y de mar industria en Galicia.

Por su parte, la compañía también replicó a las acusaciones e hizo su valoración sobre las propuestas. Ence negó «tajantemente» estar detrás de las protestas en la calle y las instituciones. Asimismo, reiteró su «disposición al diálogo».

Sobre el traslado, la empresa fue rotunda: «Ence insiste en que no existe ninguna ubicación alternativa viable desde un punto de vista técnico (cercanía a un puerto, agua y madera) ni económico (dada la ingente inversión cerca a 700 millones de euros, que requeriría construir una nueva planta en Galicia». Estos condicionantes impiden construir una nueva fábrica de celulosa en Pontevedra y en Galicia, «tal y como demuestran estudios independientes, como el de la ingeniería IDOM».