Ayer se comunicaron dos nuevos fallecimientos, con lo que van 40 muertos en 25 días
25 feb 2021 . Actualizado a las 05:10 h.Febrero agota sus últimos días, pero ya es el mes más mortal de toda la pandemia en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés. Ayer se registraron dos nuevas víctimas, un hombre de 53 años y una mujer de 90, con lo que son 40 los fallecidos en 25 días, 24 hombres y 16 mujeres. Ocho de ellos, todos hombres, tenían menos de 65 años. Desde marzo del 2020 los muertos por el virus son 153 hasta ayer.
El impacto de la tercera ola se dejó sentir también en las víctimas mortales, ya que enero, con 33 fallecidos, había superado las terribles cifras de noviembre y diciembre, con 25 personas que perdieron la vida en cada mes. Para hacerse una idea del alcance de esta tercera ola, basta recordar que en toda la primera los óbitos habían sido 16 en Pontevedra y O Salnés, la menor mortalidad de la comunidad. En febrero fallecía Adrián, residente en el poblado de O Vao, en Poio, y que se convirtió en la víctima mortal más joven en el área sanitaria y la segunda de Galicia. Tenía 31 años. La fatalidad hizo que a su padre, José, de 54 años, también se lo llevara el covid solo quince días después.
Entre las víctimas de menos edad figura una persona que no tenía patologías previas, según el parte del Sergas. Fue un vecino de Bueu de 56 años que falleció el 21 de febrero. Este mes de récord negro dejó jornadas en las que se notificaron cinco y hasta cuatro muertes por día. Otra diferencia con la primera ola de la pandemia.
Al margen de la edad y de las enfermedades de base, la realidad es que el covid sigue matando a pesar de que cada vez se sabe más del comportamiento del virus. El personal sanitario que está al lado de los pacientes y que tiene trato con las familias deja una reflexión. «Non me gusta iso das enfermidades previas. Por ter 80 ou 90 anos non te toca morrer. Moitos comentan, ‘xa sei que tiña unha idade, pero non estaba para morrer'», subraya una trabajadora del hospital Montecelo. En personas de mediana edad, el sobrepeso y la obesidad, junto a diabetes, hipertensión o patologías respiratorias inciden negativamente en la evolución.
