Se buscan familias para la camada de doce (o trece) cachorros de Bony

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

Esta pastor alemán de Combarro tuvo un parto largo que sorprendió a sus dueños

24 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El veterinario Alberto Silva lo deja claro: una camada de 12 o más cachorros es muy numerosa y algo poco habitual. Si bien apunta que tratándose de la raza pastor alemán a veces sí se da. Es lo que ha pasado con el can de una familia de Combarro, en Poio. Bony, como se llama la pastor alemán, tuvo el pasado domingo, 17 de enero, siete cachorros. Pero el parto no se quedó ahí, y al día siguiente vieron la luz otros seis, hasta sumar trece.

Es lo que cuenta Loli Miniño, convencida, al igual que su hijo Juanjo, de que nacieron trece cachorros. ¿Por qué lo dicen? Porque ellos contaron trece y ahora Bony solo tiene doce. «Juanjo y yo contamos trece. Uno desapareció, no sabemos lo que le pasó, si pudo llevárselo una gaviota porque vivimos cerca de la costa o no sé», relata Loli. Su marido Tito cree que con los nervios del momento contaron mal.

Sea como fuera, lo cierto es que Bony amamanta a doce cachorros para los que los Gondar Miniño ya buscan familia. «Nosotros no podemos quedarnos con ninguno. Lo pusimos en el Facebook del asador de mi hijo y tenemos varios reservados. Otro será para una amiga y otro para la casa de mis nietos en Vigo, para el resto a ver si encontramos», comenta Loli. Deja claro que se dirigen a gente que ame a los animales y que sea responsable. «Los regalamos, pero no como un capricho o un juguete para los niños», insiste.

Pero, antes del parto múltiple, ¿cómo llegó Bony a la vida de esta familia? Fue hace siete años. La perra, con pedigrí, la compró Juanjo en Lugo y desde entonces «está enamorada» de Tito, el marido de Loli. Ella estaba recién operada por aquel entonces y el animal no le chistaba demasiado. Ahora reconoce que es una más de la familia. «Es tan dócil y buena, solo le falta hablar». Loli recuerda que dicen que es bueno que una perra tenga al menos una camada, por eso hace unos años «se le buscó novio». Al principio, asegura, no le gustaban los pastores alemanes candidatos, hasta que se quedó preñada. En aquella primera camada trajo siete perritos. «Nos sorprendió porque no los quiso criar. Elena [su hija] y yo se los sujetábamos para que les diera de mamar. Uno se murió y salieron seis adelante».

La cosa cambió con la segunda camada. Bony estaba en celo y Tito no lo sabía. Un día se coló un bóxer entre los setos de la casa y se quedó preñada. «No nos enteramos hasta una semana antes, cuando Elena se fijó en la barriga». El pasado domingo, un día duro para la familia porque falleció un hermano de Tito, se produjo el parto. «Era la una de tarde y vi que la perra arrastraba un edredón viejo. Y en nada ya estaba saliendo el primero». Poco a poco, ante la sorpresa de sus dos nietos, nacieron otros seis. «No salía la placenta y la perra seguía teniendo mucha barriga, pero estaba todo bien. Al día siguiente fuimos a ver cómo estaban y oíamos lloriquear dentro del edredón. Le dije a Alejandro, mi nieto de 3 años, que cogiera uno porque tan pequeñitos son como ratones y a mí me da cosa. Y ya vimos que había una colección de perros». Todos están bien. «Están muy fuertes y ya andan, menos uno. De momento, Bony los amamanta a todos». Sin duda, toda una supermamá perruna.