Las cofradías se reorganizan para abrir la lonja de Campelo el martes

Marcos Gago Otero
marcos gago POIO / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

El protocolo minimiza los riesgos en el marisqueo y en la subasta

23 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El marisqueo a pie regresará a las playas del fondo de la ría de Pontevedra el próximo martes por la mañana, después del parón de una semana autoimpuesto por las cofradías ante la aparición de casos positivos de covid entre los socios de los pósitos. El patrón mayor de Raxó y presidente de la lonja de Campelo, Iago Tomé, manifestó que todo está preparado para poder retomar la actividad extractiva por parte de las mariscadoras de pie que hayan dado negativo en los PCR que el Sergas ha hecho entre este colectivo hace días. Asimismo, se ha reorganizado el personal administrativo y de tierra para poder acometer la subasta en la lonja el martes por la tarde.

Tomé explicó que en estos momentos hay socios de las cofradías confinados -él mismo es positivo en covid y está en su casa evolucionando de la enfermedad-, pero también que hay suficientes personas que no están contagiadas y que quieren trabajar. El problema que se dio este lunes fue que no había personal suficiente para poder atender la subasta porque se dieron positivos en el personal en tierra.

La solución adoptada por las cofradías ha sido dejar pasar algo más de una semana para dar tiempo a que se detectasen los positivos que pudiese haber en el marisqueo a pie. También se indicó que se ha reorganizado el personal en tierra, con un secretario que podrá asumir el papeleo administrativo de las pujas, un trabajador del barco de los pósitos, que se reconvertirá temporalmente en lonjero, y un trabajador de la rula que todo parece indicar que dará negativo al segundo PCR que se le ha hecho. En caso de que hiciese falta, habría la posibilidad de contratar a otra persona más que ya tiene experiencia en las subastas.

La patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez, explicó que en las playas los riesgos de contagios son escasos, porque la gente trabaja al aire libre y separados unos de los otros. El único momento en que puede coincidir un grupo es en los puntos de control, donde se pesa, se mide y se embala el producto extraído de los arenales. Vázquez informó de que, en este sentido, se aplicará el protocolo que ya se venía realizando, de reducir la presencia de personas dentro de los puestos al mínimo imprescindible para el pesaje y etiquetado. En los puntos de control hay también gel hidroalcohólico y el uso de la mascarilla es obligatorio incluso en el marisqueo a pie en la playa.

La incógnita está en saber cuántas personas acudirán a trabajar, visto el impacto del covid en Poio. Se espera que la demanda de la almeja se mantengan buenos como a principios de mes.