Usuarios y personal de 17 residencias de mayores esperan la vacuna covid

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Residencia de mayores Soremay, en en centro de Pontevedra
Residencia de mayores Soremay, en en centro de Pontevedra CAPOTILLO

La Sociedade Galega de Xerontoloxía pide que el proceso se haga sin prisas

26 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés hay 17 residencias de mayores. Según datos oficiales del pasado mayo, en esos centros sociosanitarios vivían unos 1.500 mayores atendidos por 700 trabajadores. Esa es la población diana que podrá recibir la vacuna contra el covid-19 previsiblemente antes de que acabe el año. La fecha anunciada inicialmente para comenzar el proceso de inmunización con la vacuna de Pfizer-BioNTech es el 27 de diciembre, domingo, aunque tampoco se descarta que sea el lunes 28.

Miembros de la junta directiva de la Sociedade Galega de Xerontoloxía e Xeriatría mantuvieron el pasado martes una reunión informativa con la Consellería de Sanidade para abordar el plan de vacunación en la comunidad. José Manuel Pérez, enfermero y miembro de la directiva de la Sociedade de Xerontoloxía, comenta a La Voz que el mensaje que hay que trasladar a la comunidad de las residencias y a la población en general es que «la vacuna es necesaria y recomendable», pero que «hay que formar e informar, en un proceso transparente para conseguir el porcentaje más elevado» de inmunización» contra el virus.

La Sociedade de Xerontoloxía comparte que el plan de vacunación se inicie con este colectivo al ser uno de los más vulnerables y golpeados por la pandemia. «Nos gustaría que todo fuera un poco más lento, pero en todo caso lo principal es que se respete la opinión y se informe a las personas para conseguir un alto porcentaje de vacunación», indica José Manuel Pérez.

La entidad desconoce en qué residencia de Pontevedra y O Salnés se empezará con la inmunización, pero sí apunta que la intención de la Administración autonómica es tener vacunados a todos los usuarios y trabajadores de residencias en unos diez u once días. Del pinchazo se encargará personal de atención primaria formado en los centros y con experiencia en vacunación. La administración de la dosis de la vacuna de Pfizer, que requiere de una segunda a los 21 días, se hará dentro de cada centro sociosanitario. «Los centros apoyarán logísticamente preparando zonas, pero será personal de primaria quien vacune», recalca el directivo de la Sociedade de Xerontoloxía, que insiste en que lo que más les preocupa es que se respete a los mayores y a los profesionales. Desde la entidad eran partidarios de que se firmara tanto la aceptación de la vacuna como la renuncia a la misma, pero desde Sanidade defienden que será suficiente con requerir un consentimiento verbal. El 68 % de los usuarios de las residencias en Galicia tienen algún deterioro cognitivo y, en esos casos, para poder administrarla será necesario un consentimiento de la familia, guardador de hecho o tutor legal.

¿Qué pasa con la vacuna en aquellos centros que están afectados por un brote de coronavirus? Lo que está previsto, explica José Manuel Pérez, es que se bloquee la vacunación al haber un problema de salud y se cierre totalmente la residencia por seguridad. En esos casos se esperaría para iniciar el proceso de vacunación, que engloba a todas las plantillas ligadas a las residencias, remacha el enfermero.

Una segunda ola que castigó a los centros con brotes que originaron veinte muertes

La primera ola del coronavirus apenas tuvo incidencia en las residencias de mayores del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés. Hubo algún positivo aislado, pero los centros sociosanitarios no se vieron afectados por brotes. El escenario cambió en una segunda ola con más asintomáticos que castigó especialmente a las residencias. Los focos más graves, que obligaron a realizar cribados cada tres días, afectaron a las de Domus Vi en Ribadumia, Caser Residencial en Vilaboa y Soremay en Pontevedra.

Los brotes salpicaron a un buen número de usuarios y trabajadores de estos centros, donde el virus se propaga con facilidad. La residencia de Ribadumia llegó a ser intervenida por la Xunta al haberse contagiado un número importante de empleados. Procedentes de este centro fallecieron ocho mayores, la cifra más alta en un centro del área sanitaria. Los focos de Vilaboa y Soremay siguen activos, aunque en fase de retroceso.

En los últimos días de diciembre se registraron varias altas de residentes y personal en estos dos centros. No obstante, el coste en vidas también fue alto. En el hospital Montecelo fallecieron seis residentes procedentes de Soremay, y otros cinco que vivían en el centro de Caser en Vilaboa.

La relación de fallecidos por el virus SARS-CoV-2 se completa con un residente que procedía del centro Valvanera de Cambados. En total, veinte muertos desde el 7 de noviembre.