Pedro Sánchez se despide de Josefina Villaverde, la abuela de Galicia, y la afiliada más longeva del PSOE

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

OBITUARIOS

Vivía en Cuntis, el sitio donde nació y donde trabajó de sol a sol, y le faltaban solo 15 días para soplar las velas de los 111 años

08 nov 2020 . Actualizado a las 21:33 h.

Josefina Villaverde (Cuntis 1909), que acaba de fallecer en el municipio pontevedrés de Cuntis cuando le faltaban solo quince días para cumplir los 111 años, era la gran abuela de Galicia. Lo era desde que, en el mes de abril de este mismo año, en Silleda falleció Ramona Costoyas a los 110 años, que era solo un poquito mayor que ella. Pero Josefina no solo era especial por haber llegado a una edad tan longeva. Lo era por su valentía. Por su fuerza. Por su sonrisa. Por ese carisma que retuvo hasta el final de sus días y que posiblemente fue el que le hizo, en tiempos ya pretéritos, que se mantuviese fiel a sus principios pese a las consecuencias que le podía traer. Cabe recordar que era nada menos que la afiliada del PSOE de mayor edad en España, con todo lo que ello pudo significar en los tiempos que le tocó vivir. 

El propio presidente del Gobierno ha querido tener un recuerdo para ella, su familia y compañeros de partido en su perfil en Twitter.

«Lamentamos hoy el fallecimiento de Josefina Villaverde, nuestra compañera más longeva del PSOE.Una mujer valiente, vital y comprometida con los valores socialistas a la que echaremos de menos. Mi pésame para su familia, amigos y compañeros del PSdeG», publicó Sánchez..

Josefina Villaverde era cuntiense de pura cepa. Estaba orgullosa de seguir viviendo en la casa donde había nacido. Recordaba su niñez, cuando había muchas bocas que alimentar en casa y unos hermanos dormían en la cabecera de la cama y otros en los pies, porque no había sitio para todos. Su padre murió muy joven, a los 40 años, y a su madre le tocó luchar por la prole en solitario. La valentía de su progenitora, la fuerza arrolladora con la que sacó adelante a los suyos, fue el mejor espejo para Josefina. La niña que todavía era se crio trabajando duro, levantándose a las seis de la mañana para atender al ganado, yendo después a la escuela y volviendo a trabajar para terminar el día, en el campo, en casa y donde hiciese falta. 

Algunos de sus hermanos se marcharon a buscar porvenir por el mundo. Como tantos, entonces. Y ella trabajó en casa y fue también a servir fuera, a Pontevedra. Pero la morriña y la impotencia por trabajar y trabajar sin ver nunca dinero delante eran incompatibles con su inconformismo, con su afán de un mundo mejor. Volvió a Cuntis.

No debieron tenerlo fácil ni ella ni su madre, que vivieron dos guerras y temían que en cualquier momento los falangistas viniesen para llevarse a alguno de los suyos. Pero de eso Josefina prefería no hablar. Enmudecía al recordarlo. Prefería el silencio a los recuerdos. 

Josefina tuvo una hija, Manuela, a los 18 años. No se casó. Y la crio sola, demostrando de nuevo la pasta de la que estaba hecha. Tuvo luego nietos y bisnietos, a los que transmitió sus principios y que ahora forman una familia orgullosa de su gran matriarca. Vivía con una hija y una nieta. Y, demostrando que la que tuvo, retuvo, fue genio y figura hasta el final. Seguía siendo afiliada del PSOE. Fue a los mítines hasta una edad muy avanzada y sabía bien que en la Moncloa ahora mandaba Pedro Sánchez, quien por cierto le debía una visita a Josefina, que no pudo hacerle durante una campaña por motivos de agenda. 

En el otoño del año pasado, cuando Manuel Campos, alcalde socialista de Cuntis y amigo de la familia visitó a Josefina Villaverde por su 110 aniversario, ella le espetó: «Volve para o ano». No va a poder ser, porque falleció a punto de cumplir los 111. Y el regidor mostraba hoy su pesar en sus redes sociales por la muerte de una centenaria que rompió techos y moldes. «Ata sempre, Josefina», escribía el regidor cuntiense. Y escribía bien.