Media docena de clanes similares a Os Ferrados están activos en Pontevedra

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

La provincia sigue siendo «una de las vías de entrada de cocaína»

11 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Con los principales clanes del poblado de O Vao (Poio) descabezados y sin haber dado signos aparentes de haberse repuesto por completo, en Pontevedra se estima que están activos media docena de organizaciones como la desmantelada esta semana en Campelo (Poio). La operación contra el clan de Os Ferrados, o de Los Butaneros, puso de manifiesto, según los investigadores, que se trata de entramados donde prima la sangre, las conexiones familiares, y donde intentan controlar todos los procesos, desde la adquisición de la droga hasta el transporte y su posterior colocación en el mercado.

Y en lado opuesto de la moneda, la cara, las fuerzas del orden y la Fiscalía Antidroga, que, según refiere en su última memoria anual, la del 2019, actúan en dos planos: «El impulso de la investigación de los delitos contra la salud pública, pero, de modo necesario, también el impulso de la investigación de los delitos de blanqueo de capitales».

El pasado año, los juzgados de Instrucción registraron un total de 460 procedimientos por delitos de tráfico de drogas, 258 de ellos referidos a sustancias que causan grave daño a la salud, y dos por blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico. «Estos datos reflejarían un incremento significativo de las causas registradas (...) respecto de los 382 procedimientos considerados en la memoria del 2018», refiere el documento en cuestión. De este modo, los procedimientos derivados del narcotráfico se han incrementado en casi diecisiete puntos en un año en Pontevedra.

Esta misma tendencia se observa en los escritos de acusación formulados, que revela que 64 lo fueron por sustancias que causan grave daño a la salud o drogas duras, y 39 por «las mal llamadas drogas blandas». A este respecto, el ministerio público incide en que las cifras parecerían apuntar a un mayor consumo de las primeras, lo cierto es que deben interpretarse como un predominio del tráfico de drogas duras, fundamentalmente cocaína, frente al hachís y otros estupefacientes, «cuyo tráfico representa una menor actividad delictiva en el ámbito territorial de esta provincia».

Pontevedra «se revela, una vez más, como una de las vías de entrada de cocaína en nuestro país». De este modo, la droga, una vez dentro de la provincia, es distribuida a otros puntos.

En el caso del hachís, por el contrario, «se presenta como un receptor de las partidas introducidas en España a través de otros lugares. Y en cuanto a la heroína, destaca la relevancia que está teniendo su tráfico «por la cantidad incautada a lo largo de los últimos ejercicios».

Un grupo que se destaca por «la violencia de sus integrantes»

A la hora de caracterizar al clan de Os Ferrados, la Guardia Civil subrayó de este «grupo criminal» una serie de aspectos-«estructura altamente jerarquizada y especializada»-, pero también destacó «la violencia ejercida por sus integrantes». En los últimos meses, a los hermanos Outón Mora, Valentín y Adrián, se les ha relacionado, directa o indirectamente, con, al menos, dos episodios violentos ocurridos en Vigo y en Pontevedra.

El más reciente fue el que tuvo lugar el pasado mes de julio en una conocida sala de fiestas de la ciudad del Lérez. Aquella noche un joven de origen latinoamericano terminó inconsciente en el suelo ante la mirada de Adrián, quien no participó directamente en la agresión, como muestran los fotogramas captados por la cámara de seguridad del local. Distintas fuentes han precisado que, en principio, la víctima aún no se habría recuperado de unas lesiones por las que tuvo que ser derivado a un hospital vigués.

Estas mismas fuentes señalaron que, presumiblemente, el trasfondo de esta agresión habría que buscarlo en un ataque -al parecer, con un arma blanca-, presuntamente, sufrido previamente por una pariente cercana del más joven de los Outón. Añadieron que la investigación, que fue asumida por la Policía Nacional de Pontevedra, sigue abierta, por lo que aún se desconocería el alcance de la misma.

Pelea en un taller vigués

Un año antes, en junio del 2019, la Policía Local de Vigo tuvo que intervenir en una disputa que se estaba produciendo en un taller de Beiramar. Las crónicas de aquella jornada coinciden al relatar que al llegar los agentes municipales, estos se encontraron a cuatro personas, presumiblemente, muy alteradas después de que, supuestamente, se hubieran agredido mutuamente. En aquel momento, y según apuntaron desde la Jefatura, los implicados manifestaron su intención de interponer las correspondientes denuncias.

Por aquel incidente fueron identificados los hermanos Valentín, que tenía por entonces 43 años, y Adrián Outón Mora, de 37. Al parecer, el origen de la disputa se hallaba en el hecho de que habían dejando a reparar dos automóviles pactando un presupuesto y adelantando una cierta cantidad de dinero. El problema surgió cuando al ir a buscar los coches, observaron que los mismos aún no habían sido reparados, por lo que comenzó una discusión.

En la misma se vieron implicados el propietario del taller y un cliente, un exboxeador vigués de 50 años. Todo parece indicar que, en un momento, las palabras dejaron paso a una pelea que determinó que se diera aviso a la Policía Local

Se da la circunstancia de que los agentes desplazados al negocio decidieron registrar los vehículos de los hermanos. La inspección habría permitido localizar un cuchillo de sierra de 22 centímetros y una hoja de 11 centímetros, por el que formularon una denuncia administrativa.