«Estoy empachado del tema histórico y bélico. A mí me va más la ciencia-ficción»

PONTEVEDRA

CEDIDA

El autor pontevedrés tiene en el mercado su segundo trabajo como guionista, «1898: Cuba», mientras ultima nuevos proyectos

06 oct 2020 . Actualizado a las 00:35 h.

Tras su opera prima como guionista del cómic 1921: El Rif, Javier Yuste vuelve a poner su nombre en otra obra gráfica centrada, esta vez, en la pérdida de las colonias con

1898: Cuba, también con la editorial Cascaborra. Curiosamente, este fue «mi primer guion de cómics y no tenía ni idea por dónde tirar».

-¿Cómo surgió este cómic?

-Al principio era para hacer un cómic sobre Blas de Lezo, pero, en aquel momento, no sabía por dónde tirar porque apenas había estudiado al personaje y cómo había acabado de publicar un libro sobre un determinado barco de la Guerra de Cuba, lo propuse y la editorial dio su brazo a torcer. Mi intención principal era hacer una homenaje a Emilia Pardo Bazán. El comienzo, de hecho, es un tributo a la parte final del Poema Humilde, que aborda este conflicto bélico y como regresa un soldado enfermo... La historia se inicia bastantes años después de la guerra con un veterano que se sentía atormentado por lo que había hecho. Se trataba de aportar una visión distinta porque la gente, muchas veces, que allí ya había una guerra desde 1895 y parece que solo se acuerdan del combate de Santiago de Cuba.

-¿Existió el protagonista o es una invención que ayuda a narrar los hechos?

-Es una invención, aunque, al principio, quería que estuviera basado en un personaje real porque uno de los antepasados de un colega, también escritor, participó en el conflicto. Pero como era tripulante de uno de los barcos atacados y acabo siendo prisionero, la historia se me iba de las manos. Al final, me lo inventé. Quería que fuera un marinero que no estuviera en la escuadra, sino que sobreviviera al estar en un barco que pospuso su salida al combate.

-¿Cómo fue escribir este primer guion de un cómic?

-Pues casi abandono más de una vez hasta que el editor me dio la idea de que, primero, lo escribiera como un relato y, luego, lo pasara a guion. Es convertir las palabras en algo más visual. Yo no hago los típicos guiones, sino que voy haciendo una plantilla con sus viñetas, ya no solo para ayudar al dibujante, sino para verlo yo. Igual te tiras dos horas y solo has hecho una hoja y el cómic tiene 56. Una de las cosas más complicadas es también pasar de la primera escena y no sabes nada de tu personaje, por lo que tienes que estar esperando a que te vaya chivando que es lo que le pasa y lo vas desarrollando. Cada vez que escribo un relato no tengo ni idea de lo que va a pasar. El final fue algo que apareció como un destello

-¿Cómo va la evolución de «1898: Cuba» en el mercado?

-No está teniendo la repercusión que tuvo el del Rif, pero está ahí. Este es más literario y el otro era más visual y con más acción. Tal vez, porque me lo planteé como un relato. A la gente que está mas acostumbrada a leer libros que cómics le ha gustado más.

-¿Y el futuro?

-Sigo con el proyecto de Vázquez Figueroa. Ahora, me pillas con una tableta gráfica recién comprada. Llevo tres semanas con ella y voy por la viñeta dos de la página uno... Es cogerle soltura, pero es una historia que tengo desde hace mucho en la cabeza... Como me gustan mucho los documentales del típico viajero que va en moto, aunque yo en mi vida me he montado en una moto, la historia va de un personaje que se compra una moto desvencijada, una de estas rusas con sidecar, y va recorriendo el mundo para visitar los barcos que se han hundido y han sido arrastrados a la costa. Y todo ello mientras mantiene correspondencia con una amiga. Es la evolución de una relación no amorosa, sino de amistad a lo largo de los años. Hay imágenes de barcos espectaculares, que fui coleccionando a través de Internet, algunas de ellas más propias de Encuentros en la tercera fase. Al final, el protagonista se siente como los propios barcos, abandonado, hundido, fuera del agua... Y todo con lineas muy simples y limpias.

-Por lo que veo, huye de la temática bélica.

-Sí, si digo la verdad, de la historia bélica estoy un poco quemado. Me encargaron hacer un tercer tomo, 1925: Alhucemas, pero, por una serie de problemas, no salió adelante. Ya estoy empachado del tema histórico y bélico. Quiero buscar algo diferente porque, al final, puedes acabar encasillado en un género y es algo que no quiero. A mí me va más la ciencia-ficción, pero donde manda capitán no manda marinero.