El club estima que hacer pruebas semanales supondría gastar 40.000 euros
28 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.A pocos días de empezar la competición, el Dicsa Modular Cisne navega en un mar de dudas que exige que se concreten para garantizar la seguridad de la competición, pero también para poder mantener la viabilidad de los equipos. El 2 de septiembre, el conjunto pontevedrés debería estar saltando a la pista del Municipal para medirse al Cuenca, pero aunque quedan apenas cinco días para la cita, la liga tiene demasiadas incógnitas sobre la mesa. Y todas llegan después de que el Cisne dejase de ser el equipo número 17 para ser uno más en Asobal con nombres y apellidos. Pero la alegría duró poco.
El Consejo Superior de Deportes (CSD) recoge en el borrador del protocolo para las competiciones oficiales de ámbito estatal no profesional la obligatoriedad de que los equipos hagan PCR a sus jugadores y cuerpo técnico antes de cada partido. El Cisne ve esto inasumible. En el mejor de los casos supondría un coste semanal de más de 1.600 euros, que multiplicado por 34 jornadas se acercaría peligrosamente a los 40.000 euros anuales solo para poder competir. «Primero nos hablaron de 145 euros por persona y a los pocos días se dijo que podría bajar a los 95 y ahora, si se hace una cantidad grande, el laboratorio los reduciría a 75 euros», explica el presidente del Cisne, Santi Picallo, que suscribe la carta que Asobal enviará al CSD para mostrar su disconformidad con la medida y exigir una explicación que tranquilice a buena parte de los equipos. A esa petición se une el Cisne.
Picallo reconoce que lo más sensato sería pedir un aplazamiento de la liga por el aumento de rebrotes, pero sobre todo para tener claro cómo se costearán los PCR. Pero en esta solicitud tampoco hay unanimidad entre los clubes. La mayoría son partidarios de que la competición arranque la próxima semana y los equipos asuman los costes de las pruebas mientras se negocia con el CSD quién los financia. De no llegar a una solución, hablan de que se podría parar la competición en la tercera jornada. Sin embargo, el resto de equipos (siete en total) creen que la mejor solución pasa por aplazar el inicio y dejar las cosas claras, de tal forma que cuando se arranque no haya dudas. «Si comenzamos, ¿qué va a pasar si luego dice el CSD que costea los PCR?, ¿perdemos el dinero de las primeras jornadas? Y si no lo costea, pararemos también. Es mejor esperar», puntualiza Picallo, que recalca que la mejor solución es retomar el plan inicial de hacer dos grupos con nueve equipos para minimizar el impacto económico de las medidas.
Sin contacto
El Cisne suma un nuevo problema a su calendario. Mientras en otras comunidades están permitidos los deportes de contacto y el público en las gradas, los protocolos de la Xunta no contemplan esta posibilidad. ¿Qué pasará entonces el día 2 de septiembre? Ese día está previsto que arranque la liga con el Cuenca como primer rival. «Aquí no está autorizado y no puede haber ni 300 personas en la grada, desde Asobal nos dicen que eso no nos exime de jugar en otros lugares», apunta Picallo.
Con la normativa actual, el Cisne no podría disputar la primera jornada en casa, pero sí podría ir a jugar el día 9 de septiembre a Granollers. El conjunto pontevedrés tuvo ayer su primer amistoso contra el Villa de Aranda en León y hoy jugaran otro partido en Valença (Portugal). Es lo único seguro.