Una noche sin apenas botellones y menos basura que cualquier otro fin de semana en Vilagarcía

La Voz

PONTEVEDRA

s. g.

Apenas hubo rastros de bebida en la calle y solo algunas quejas por el incumplimiento de horarios de algún local antes de su cierre hasta nuevo aviso

16 ago 2020 . Actualizado a las 19:36 h.

Al margen de la mayor o menor efectividad de la medida, la ocurrencia del Estado de anunciar el cierre del ocio nocturno con 48 horas de antelación y un sábado noche de por medio hizo concebir en Vilagarcía razonables temores sobre la posibilidad de que los noctámbulos más aguerridos se abalanzasen sobre la capital arousana para celebrar una última parranda antes de que pubs y discotecas dejasen de funcionar hasta nuevo aviso. Sobre todo, habida cuenta de que la madrugada del 16 de agosto es una de esas fechas marcadas en rojo en el calendario gallego de las juergas sin final. Algo que, obviamente, hubiese resultado completamente contraproducente si de lo que se trataba era, precisamente, de frenar las celebraciones multitudinarias y tocadas por la relajación en el mantenimiento de las medidas de prevención frente al contagio por coronavirus. Afortunadamente, no fue así.

El viernes, la alcaldía había dictado un bando contundente en el que prohibía arrojar agua u objetos desde los balcones, bajo multa de 1.500 euros, y la celebración de los clásicos botellones que toman la ciudad en la víspera de la Festa da Auga. La concienciación por encima de lo esperado de una juventud puesta bajo sospecha, la perspectiva de las sanciones o las expectativas de diversión desinfladas. Cada uno podrá quedarse con la explicación que mejor le parezca, o bien con una combinación de todas ellas, pero el caso es que apenas hubo concentraciones de madrugada. La Policía Local recibió una denuncia por un botellón que, por lo visto, se desarrollaba en el entorno del río de O Con hacia las nueve de la mañana. Minutos después, sin embargo, por allí apenas quedaban indicios de algo parecido, más allá de un par de copas de cerveza mediadas, el resto de una copa y algún paquete vacío de tabaco. Algunos locales provocaron quejas por sobrepasar el horario de cierre y, aunque el operativo de limpieza madrugó, recogió menos basura que cualquier otro fin de semana.