La noche de San Xoán más atípica resistió en Cantodarea, en Marín, con la única hoguera comunitaria de la comarca. Apenas hubo incidencias en las cacharelas privadas
24 jun 2020 . Actualizado a las 11:27 h.La noche de San Xoán pasó como una noche más. Sin incidencias en la comarca y con tan solo una única hoguera comunitaria pasó la noite meiga. Cantodaraea, en Marín, se resistió a romper con la tradición y como no podía ser de otra forma en la nueva normalidad, quemó a su particular coronavirus. Pasaban pocos minutos de las diez de la noche cuando los vecinos de Marín prendieron el fuego ante la mirada de niños y mayores que querían pasar la noche sardiña no pan. Todavía no había empezado a anochecer y el coronavirus, una especie de bola de papel gigante con decenas de palos incrustados se convertía en una bola de fuego. La celebración era este año más simbólica que nunca, al querer quemar una hoguera que no necesitó muchas horas para apagarse.
Con un aforo máximo para 400 personas no hizo falta la intervención policial para controlar una de las noches más tranquilas de los últimos años. Según informan desde la Policía Local de los ayuntamientos de la comarca, apenas se registraron incidentes en la noche más corta del año. En Pontevedra, a lo largo de la noche, tanto los bomberos y la policía realizaron numerosos controles. Recibieron algunas llamadas para quejarse de las hogueras, pero reconocen que todas fueron comprobadas y se constató el cumplimiento de las normas de seguridad.
Al amanecer de este 24 de junio todavía había olor a sardinas y fuego en las zonas rurales, porque aunque las comunitarias estaban prohibidas, fueron muchos los que se agarraron a la tradición para hacer pequeñas fogatas privadas.