El Albergue de Pontevedra anula las literas y reduce sus plazas de 72 a 24

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

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Tino Lores recomienda llevar calzado para la ruta y otro para usar en el interior

18 jun 2020 . Actualizado a las 19:55 h.

El protocolo que se aplicará en el Albergue de Pontevedra, gestionado por la Asociación de Amigos do Camiño Portugués, impone una importante reducción de plazas para peregrinos, que bajarán de las 75 del pasado verano a las 24 de este. A mayores, la asociación no gestionará el alojamiento de los hipotéticos grupos que quieran atravesar la ciudad del Lérez en agosto -en julio prácticamente se han dado de baja todos los programados-. El año pasado, los grupos utilizaron el pabellón de los deportes, que en esta temporada estival no abrirá sus puertas para que duerman peregrinos a Santiago. «Es responsabilidad de los organizadores si alguien viene en grupo, no nuestra», indicó el presidente de la asociación, Tino Lores, quien da por hecho, por otra parte, que los grupos serán una excepción en el panorama veraniego a Compostela.

El cambio en el aforo de albergues y el cierre de pabellones es una de las modificaciones más relevantes, que se deben tener a la hora de recorrer las rutas jacobeas que cruzan la provincia. La nueva normalidad es muy distinta a lo que estábamos acostumbrados, al menos en cuanto al Camino. Tino Lores, explica también que el número de hospitaleros activos descenderá a la mitad. Los colaboradores de cierta edad o que tengan algún factor de riesgo no estarán este verano en el Albergue.

«En el Albergue seguiremos las mismas medidas de seguridad de distancia social y de sanidad que el resto de la sociedad», precisó Lores. Eso sí, habrá una serie de normas más específicas para este tipo de alojamientos.

Cuando un peregrino llegue a este alojamiento, además de las medidas generales, se le entregará una bolsa de basura. No es para que tire en ella ningún tipo de desperdicios, sino para que meta dentro la mochila del viaje. Se le entregará una segunda bolsa si el peregrino es previsor y quiere cambiarse los zapatos de ruta por otro calzado para moverse en el interior del albergue.

Con la mochila dentro de la bolsa, y tras limpiar el calzado y lavarse las manos, al peregrino se le conducirá a su habitación. En las literas, no se utilizará la cama de arriba, donde se depositará la bolsa con la mochila. La gente dormirá en la de abajo y usará la de arriba para coger lo que necesite de sus cosas. Al salir al día siguiente, el procedimiento será a la inversa. A la puerta, sacará la mochila de la bolsa, que se arrojará a un cubo específico.

Mascarilla y gel hidroalcohólico

Por otra parte, Tino Lores cree que los peregrinos deben tener en cuenta una serie de cuestiones básicas a la hora de preparar su mochila de viaje. La mascarilla es obligatoria, no para atravesar zonas boscosas o de campos donde no hay nadie, pero sí cuando se pase por núcleos de población -y en el Camino hay unos cuantos- o cuando el viandante se encuentre con gente y no pueda guardar la distancia social de un metro y medio recomendada como mínimo. Como el viaje a pie desde Tui lleva cinco días, sería recomendable que se llevase el doble de ese número o alguna más de repuesto.

También es conveniente llevar gel hidroalcohólico en la mochila de viaje, sin olvidar las cremas hidratantes de todos los años, porque el sol seguirá estando ahí. Por último, Lores cree que este año el flujo de peregrinos será notablemente menor, lo que contribuirá a dotar de mayor seguridad a una ruta que discurre en gran medida por zonas rurales al aire libre, una oferta turística atractiva en estos tiempos del covid-19 y la distancia social sanitaria.