Cien playas frente a la pandemia

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

MARTINA MISER

El distanciamiento social y las medidas sanitarias primarán en la apertura de la ría

24 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Pontevedra, la ría de las cien playas, se prepara para la reapertura de sus arenales mañana ante el avance de la desescalada en Galicia. En la actualidad, solo los residentes de la provincia de Pontevedra pueden acercarse hasta los arenales, con las limitaciones que impone el estado de alarma.

Las playas, espacios abiertos donde los haya, y bajo el sol del verano son uno de los lugares por los que suspiran miles de pontevedreses, que esperan la oportunidad de darse un chapuzón y tumbarse al sol. Poner una toalla en la arena o lanzarse al mar a nadar ha sido hasta ahora tan imposible como si estuviese cayendo un diluvio. Con la fase 2, estas limitaciones desaparecen, pero nadie puede pensar que las cosas volverán a ser como antes de la pandemia. ¿Habrá playas abiertas en verano? Sí, de hecho desde mañana lunes. ¿Se podrá ir de cualquier forma? La respuesta es rotunda. No.

En la clasificación oficial de las playas de la ría de Pontevedra, la Consellería de Medio Ambiente ha catalogado 96 arenales, que se elevan al centenar por razones administrativas y control sanitario. En la ría hay 29 playas que tienen la consideración de urbanas y el resto están en ámbitos semiurbanos o rurales. Las condiciones de acceso y estancia de los bañistas serán distintas y, aunque el Gobierno da una recomendación general, su implementación le corresponderá a los Concellos. Otra propuesta de Madrid es que se regule el flujo de entrada y salida de las playas por accesos distintos para evitar que la gente se encuentre cara a cara.

Este año se privilegiará, sobre todas las cosas, el distanciamiento social y las medidas higiénicas. Olvídense de playas llenas hasta la bandera y de grupos numerosos de amigos. Habrá limitaciones de aforo en todas, aunque por ahora solo Sanxenxo ha aclarado cómo piensa hacerlo, regulando sus arenales urbanos con un sistema de cuadrículas y acomodadores en los accesos, y drones de vigilancia en los demás. Marín y Bueu aún tienen que ver cómo se organizan. En Poio, nunca se precintaron, porque se permitió el paseo. Ahora se permitirá el baño. Pontevedra las clausuró, pero desde este lunes ya estarán abiertas las playas fluviales del Lérez y Ponte Sampaio, así como la de Os Praceres. En Sanxenxo, lo mismo, pero sin papeleras ni duchas.

Prioridad en la seguridad

Ningún Concello renunciará a los socorristas. Si antes ya eran vitales, ahora lo son más. Sanxenxo había anunciado ya hace meses su intención de dar servicio a todas sus playas e incluso incrementar el número de personas en su planificación estival. La pandemia no ha cambiado sus objetivos. Además, este año tendrá como novedad los socorristas en Area de Agra, en Dorrón, un espacio litoral que el gobierno de Telmo Martín quiere incluir en las banderas azules tras haber logrado el verano pasado que el emblema se izase en A Panadeira.

Marín, Bueu y Poio anunciaron también su voluntad de tener socorristas en todas sus playas de bandera azul. Una cuestión diferente es si habrá suficientes trabajadores para atender todos los espacios recreativos del litoral. La escasez de titulados ha sido proverbial en estos últimos años y ha creado más de un quebradero de cabeza a los concellos.

Las balizas estarán en sus playas habituales, aunque el número de chiringuitos será menor -no los habrá en Silgar,-.

Por ahora, la mayoría de los concellos admiten que tienen una planificación prevista, pero que su ejecución dependerá siempre de lo que mande Madrid y de la fase de desescalada. Entraremos en la 2 esta semana, pero aún no empezó la campaña estival propiamente dicha y los gobiernos locales se dan un margen para ponerse al día.

No triunfará el sistema de cita previa promovido por la Xunta para reservar un lugar en las playas, siguiendo la experiencia de As Catedrais, en Lugo. Las características del litoral pontevedrés hacen que los concellos opten por soluciones distintas, donde se apelará, al civismo de los bañistas, al cuidado de los socorristas y a las inspecciones rutinarias de las fuerzas de seguridad.