«Ons estaba vacía, preciosa y verde»

Marcos Gago Otero
marcos gago BUEU / LA VOZ

PONTEVEDRA

Un grupo de vecinos, las únicas visitas autorizados a ir a la isla durante el estado de alarma, revisaron el estado de sus casas

19 may 2020 . Actualizado a las 09:14 h.

«Ons estaba muy vacía, preciosa y todo muy verde», así describe María Jesús Otero, uno de los vecinos más conocidos de Ons el estado de la isla el pasado domingo cuando un grupo de 27 isleños se embarcó en uno de los buques de Nabia en Bueu rumbo al enclave a la entrada de la ría de Pontevedra. Los vecinos son los únicos que tienen autorización para poder acercarse a la isla durante el estado de alarma y el de este domingo fue el contingente más numeroso que lo ha hecho desde marzo. El objetivo era ir a ver el estado de sus viviendas con vistas a la puesta a punto de las casas para la estancia estival, prevista en torno a julio.

Otero indicó que se tomaron todas las precauciones sanitarias recomendadas. Todos los vecinos iban con mascarillas y con su gel de manos y guardando la distancia debida entre los pasajeros. No fue difícil porque téngase en cuenta que el barco tiene capacidad para 150 personas y solo transportó a 27.

Cuando llegaron a Ons, en la isla les esperaban otros diez vecinos, que son los únicos que han pasado todo el confinamiento desde marzo hasta ahora en la isla. Cuando se fueron se quedaron solo ocho, porque dos tuvieron que ir en el barco de vuelta a Bueu para poder atender una cita médica. «Nosotros fuimos a la isla porque queríamos ver cómo estaban las casas y limpiarlas un poco», indica Otero, que admite que si no fuese por las tareas escolares de sus hijos por ella ya se habrían quedado en el enclave insular. No pudo ser en su caso porque «los niños tienen clase y en Ons Internet no va bien».

Nadie sabe cúando volverán los turistas a la isla. Es de esperar que en fase tres se permitan los viajes turísticos y se abra también el cámping y los alojamientos hosteleros, pero eso será más adelante. Por ahora, el Parque Nacional está tan cerrado a las visitas, que no pueden atracar en el muelle, ni fondear ni siquiera las embarcaciones recreativas.