«Sacamos tiempo de la rutina diaria para repartir mascarillas»

Alfredo López Penide
lÓPEZ peNIDE POIO / LA VOZ

PONTEVEDRA

PROTECCIÓN CIVIL DE POIO

Alcaldes, ediles, policías locales y voluntarios de Protección Civil distribuyen mascarillas entre los vecinos de la comarca

26 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que se decretó el confinamiento para detener el avance del covid-19, prácticamente han sido el único contacto que muchos vecinos de Pontevedra y su comarca tienen con el exterior. Y es que, desde el primer momento, fueron numerosos los alcaldes, concejales, policías locales o voluntarios de Protección Civil que dieron un paso al frente para contribuir al bienestar de sus vecinos. Entres otras acciones, en las últimas semanas, todos ellos se han volcado en el reparto de mascarillas: «El confinamiento lo vivimos igual que el resto de la gente, solo que sacamos cierto tiempo de nuestra rutina diaria para, por ejemplo, entregar las mascarillas», sostiene Iván Fuentes Couselo.

Como integrante de la agrupación de Poio, solo tiene palabras de agradecimiento a la paciencia de sus vecinos, al tiempo que resalta que su respuesta esta siendo, «la verdad, muy agradable». Eso sí, reconoce que «se quejan un poco por la calidad y la variedad de las mascarillas, pero están muy agradecidos que se les haga el reparto».

En el caso concreto de Poio, son tres los tipos que se están distribuyendo, explica Fuentes Couselo. Por un lado, las quirúrgicas, «que llegan a cuentagotas»; por otro, unas de tela de elaboración artesanal, «que son más fáciles de conseguir porque se pueden fabricar»; y, ya por último, «otras que yo no he repartido, pero que son de otro tipo de fibra».

En otros ayuntamientos de la comarca, también se han comenzado a repartir piezas especiales para los más pequeños en previsión de que hoy mismo puedan dar pequeños paseos.

¿Y qué ocurre cuando no se viste el uniforme de Protección Civil? «Al vivir en el rural, tengo tres o cuatro vecinos y no tengo contacto con ellos al estar en confinamiento. Ni yo sé de ellos, ni ellos saben de mí», concluye Iván.