«El médico me dijo que yo le había ganado a la muerte»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

MARTINA MISER

Valentín Otero recibe el alta tras batallar doce días en la uci contra el COVID-19 y perder quince kilos

17 feb 2021 . Actualizado a las 19:28 h.

Este martes 14 de abril no se le olvidará a Valentín Otero. Este vecino de Mosteiro, en el municipio de Meis, de 60 años recibía el alta hospitalaria después de «una batalla terrorífica», según sus propias palabras, contra el coronavirus. Este hombre, todo amabilidad, atiende a La Voz desde Montecelo mientras espera el ansiado traslado en ambulancia a su casa.

Valentín estuvo doce días en estado grave peleando por sobrevivir en la unidad de cuidados intensivos (uci). La suya fue una de las tres altas hospitalarias que se prescribieron ayer. Dice que desde el punto de vista físico no recuerda mucho, pero sí de la «película de un mundo irreal» derivada de la medicación para combatir el virus. Estuvo intubado y necesitó ventilación mecánica. Antes de dejar el hospital solo tiene palabras de agradecimiento para todo el equipo de sanitarios que lo cuidó y lo mimó. Pero, en especial, para el neumólogo Adolfo Baloira, «un fantástico doctor».

Valentín pudo con el COVID-19, pero hubo momentos en que parecía que el final iba a ser otro muy distinto. Al contarlo se nota en su voz. «Un día llamaron a mi familia y le dijeron que prepararan todo para el desenlace. El doctor me dijo después que estuve más allí que aquí y que yo le había ganado a la muerte». Este hombre no sabe cómo se pudo infectar. Y a estas alturas de la historia admite que poco le importa. «No tengo ni idea de cómo me contagié. En mi familia no hay casos y yo llevo una vida muy simple, no hago nada. Como no fuera en el bar o en el supermercado...».

Perdió la musculatura

Por delante le quedan siete días en casa en aislamiento, pero Valentín ya se siente curado. «Me dicen que hay que esperar y hacer otra prueba, pero que estoy al 99 % curado». Aunque se encuentra bien, está todavía débil. La enfermedad del COVID-19 hizo que perdiera mucho peso y masa muscular. «Perdí unos 15 kilos y toda la musculatura. Recuperarla va a llevar tiempo y me dijo el médico que tengo que caminar cada día en casa unos metros». Son sus deberes. Benditos deberes. No le que queda otra que hacer caso y cuidarse.

¿De quién o de qué se acordó durante este trance hospitalario y vital?, se le pregunta. No duda. De su familia. «Ellos son lo más importante para mí, y seguro que hasta lo pasaron peor que yo porque yo de muchas cosas no me enteré. En la familia perdimos a un hermano aún no hace dos años y sé que con esto sufrieron mucha angustia». Su emoción es, sin duda, compartida por todos en esta batalla colectiva.