El fantasma del Prestige revive en la playa de A Lanzada

Marcos Gago Otero
Marcos Gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA

BDRI

El BDRI detecta diez frailecillos petroleados y muertos y restos de hidrocarburos en la arena

03 mar 2020 . Actualizado a las 21:35 h.

Las olas depositaron el pasado lunes por la tarde un reguero de restos de hidrocarburos y de aves petroleadas muertas a lo largo de la playa de A Lanzada. Tramos del arenal manchados por residuos de una sustancia resinosa y galletitas de fuel, dispersos por la playa, hacían recordar a la terrible tragedia del 2002 cuando el mar trajo a la orilla el chapapote del Prestige.

En el incidente de esta semana, no hay ningún mercante en peligro como para preocupar al litoral de O Salnés, pero la aparición de los restos del combustible y hasta diez aves marinas muertas convertidas en un amasijo informe de color negro y marrón parecían revivir el fantasma de aquella tragedia ambiental.

Dieciocho años después es triste comprobar cómo por un posible sentinazo o por un vertido no autorizado desde un buque, el mar se convirtió en una trampa para las aves que hace solo unas semanas se podían fotografíar tan felices nadando en el entorno de las islas atlánticas a las entradas de las Rías Baixas.

La alerta la dio la asociación Bottlenose Dolphin Research Institute (BDRI), con base en O Grove, cuyos técnicos inspeccionaron A Lanzada en cuanto supieron de que empezaban a llegar aves muertas petroleadas a la costa. Allí, sobre el terreno, pudieron comprobarlo.

Todos los ejemplares de frailecillo citados estaban manchados, en su totalidad o en parte, por el fuel que había acabado con ellas. Según explicó un portavoz del BDRI, la mortandad de un número tan elevado de esta especie es lamentable. «Es un daño importante por la pérdida de un número de ejemplares tan grande para un área protegida como el Parque Nacional Illas Atlánticas, el único en su categoría en Galicia. Los animales se ensuciaron en alta mar, allí perecieron y fueron las olas las que empujaron sus restos hasta la orilla.

Origen difícil de determinar

Además de las aves, los especialistas del BDRI detectaron una «gran cantidad de resina o algún tipo de parafina, restos de hidrocarburo solidificado y alguna mancha pequeña de chapapote». En la línea de las olas, se veía en el agua algunas manchas de estos restos oleosos de combustible.

¿De dónde procede este foco contaminante que acabó en A Lanzada? Su origen no está claro, porque ningún barco, que haya trascendido, comunicó algún tipo de avería que pudiese provocar este episodio de polución marina. Sin embargo, esta es época de temporales y desde la asociación científica meca creen que algún buque se aprovechó de las circunstancias. «Por desgracia durante los temporales hay grandes cargueros que liberan residuos y es lo que llega a la costa», apuntan desde el BDRI. Pudo hacerse muy lejos del litoral, pero el mar no tiene puertas y las corrientes los llevan a tierra.

Este tipo de sentinazos y vertidos de residuos al mar no está permitido, pero ocurren y las corrientes se encargan de delatar su realización, aunque será imposible determinar el culpable. En estos casos, el perjudicado es el medio ambiente y las aves que se enredan en el líquido viscoso.