Entra y participa: ¿Te gusta la gran reforma del puente de O Burgo?

Nieves D. Amil
NIeves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La instalación de la barandilla y la iluminación han avivado la polémica de si la obra rompe o no con su carácter simbólico

11 feb 2020 . Actualizado a las 13:10 h.

La reforma del puente de O Burgo ha generado polémica en Pontevedra desde casi ante de empezar las obras. De un lado los que defienden la nueva cara de este emblema de la ciudad y del otro, los que ven una aberración en esa barandilla de diseño contemporáneo en un puente del siglo XIX. El debate está servido. Y más después de que ayer se hiciesen las pruebas de iluminación que recorrerá el pavimento de esta parte del Camino de Santiago. Para el concejal de Obras de la ciudad, Demetrio Gómez, está claro: «Que haxa polémica quere dicir que a cidade está viva, en Pompeya non hai polémica».

Antes de posicionarse hacia uno de los dos lados, vayamos por partes. Hay que explicar cuáles son los motivos que llevan a hacer la reforma en estos términos. Cada época tiene que dejar la impronta de esa parte de la historia. No es igual el puente de O Burgo del siglo XII que el de hoy. Pese a dejar ese sello no se puede prostituir el puente. Hay que hacer una reforma sin que pierda un ápice de su carácter de símbolo y referente de la ciudad. «A primeira ponte non tiña nin pétril, nin nada, logo tivo un de pedra e máis tarde una barandilla e agra terá unha que corresponda con este século», explica Gómez. La que estaba antes de las obras, colocada en la década de los ochenta, era una reposición de la anterior. «Agora intentamos que se adapte as necesidades da época», continúa. Esas necesidades van encaminadas a la seguridad y al alumbrado.

El puente del siglo XII ha ido sumando desde entonces nuevos elementos. Cuando se creo, lógicamente, no tenía farolas. Esta reforma pretende recueprar esa esencia y de ahí que la iluminación vaya incrustada en el pavimento provocando en el caminante que lo atraviesa por la noche, la sensación de que no hay barandilla. «A baranda de fronte queda potente, pero cando cruzas podes ver ben a auga», comenta el concejal sobre el proyecto arquitectónico, que también destaca la función de mirador, ante inexistente. Y es que la innovadora barandilla de acero gris tiene 1,10 metros de altura, que irá sobre el pavimento de piedra que reforzará el carácter patrimonial del puente.

Al igual que la catedral de Salamanca tiene en su fachada un astronauta de 1992 para dejar constancia de la época, el puente de O Burgo pasará a la siguiente generación con esa gran reforma acometida en el 2020 con un presupuesto de dos millones de euros, de los que más de 700.000 euros están destinados a la iluminación.

Las pruebas que se hicieron ayer dejaron luces de todos los colores en la noche pontevedresa, pero también advierten de que hay que esperar a que se abra al paso porque está iluminación es solo una prueba.