El millonario portugués: «¿Por qué iba a querer matarla? Tenía una mujer joven y guapa»

Ana Barcala PONTEVEDRA

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

El fiscal solicita una pena de 12 años de prisión para el luso que intentó matar a su esposa en un hotel de Vigo en 2016

30 ene 2020 . Actualizado a las 19:32 h.

El juicio contra el millonario portugués acusado de intentar asesinar en mayo de 2016 a su mujer con una maza en un hotel de Vigo ha quedado visto hoy para sentencia después de una sesión en la que declararon 15 agentes de policía, forenses, un abogado y amigo del acusado que le asesoraba en su trama de empresas y le acompañaba en los viajes de turismo sexual por centro Europa que realizaba con frecuencia .

La Fiscalía mantiene su petición de 12 años de prisión para Carlos Inácio Pinto mientras que la defensa del acusado solicita su libre absolución.

Carlos Inácio Pinto se dirigió al tribunal en la parte final del juicio para insistir en su inocencia e insistiendo en que su relación con la víctima, que duró 7 años, era plenamente satisfactoria. «¿Por qué iba a querer matarla? Tenía una mujer joven y guapa con la que me iba muy bien y era feliz. No había celos ni nada oscuro entre nosotros». Pidió «justicia» para él y añadió que comenzaba a dudar de la «justicia española, aquí parece que solo interesa mi condena».

La declaración del abogado y amigo de Carlos Inácio Pinto perfiló el estilo de vida del empresario portugués antes de lo ocurrido en el hotel de Vigo el 2 de mayo de 2016. Habló de un entramado de empresas administradas por testaferros cercanos al acusado, ya que los problemas fiscales que le afectaban le impedían figurar al frente de las empresas. La víctima figuraba como responsable de una de ellas.

Ambos viajaron juntos a Rumaría para conocer a la joven que se convertiría en la pareja del empresario portugués. La contactaron a través de una web de cita y se citaron en Bucarest. «Ella iba a ser para mí porque era una mujer nueva, pero Carlos la vio y le gustó; le gustaban las mujeres grandes y guapas; así que yo me quedé con la amiga».Un mes después la víctima residía en Portugal junto al acusado y comenzaban una relación que duró 7 años con un alto nivel de vida, viajes exóticos y activa vida sexual, como reconoció la víctima durante su declaración.

Carlos Ignacio señaló que en Bucarest habría sido objetivo de una trama para raptarlo, de igual modo aludió a que firmaron un seguro de viaje para ir a Hawaii donde sospecha que su esposa le hizo subir varias montañas para extenuarle hasta el extremo de precisar ayuda de otras personas. Padece problemas de corazón.

Pero ¿qué ocurrió entre las 8.20 y las 9 de la mañana del 2 de mayo de 2016 en el hotel de Vigo? Este periodo de tiempo es lo que centró los argumentos del fiscal y en los que basa la petición de 12 años de prisión para el empresario portugués.

Considera probado que Carlos Inácio Pinto, aprovechando que su esposa se estaba duchando en el baño de la habitación del hotel, apareció por detrás portando un mazo de cantero. Un agente de Policía testificó que el acusado le reconoció haberla comprado en Vigo el día anterior a los hechos cuando se acercó a atenderle en la habitación. Los forenses confirmaron que la maza solo presentaba ADN de la víctima, con sangre en la parte metálica, y ninguna huella más.

El fiscal considera probado que fue Carlos Inácio Pinto quien asestó los cuatro golpes en la cabeza que los informes forenses refieren que tenía la víctima, todos ellos en la cabeza y de cierta profundidad. 

A mayores de la pena de prisión, la Fiscalía solicita una indemnización para la víctima de 500 euros por las lesiones físicas y de 4.500 euros por las secuelas de las mimsas y 5.500 por las lesiones psíquicas y otros 4.500 euros por el estrés postraumático en grado moderado que padece tras la agresión. La acusación particular elevó estas cantidades al dilatarse la sentencia en el tiempo y continuar la víctima a tratamiento.