Nuevo bosque de secuoyas, ahora en un balcón natural a la ría, en Vilaboa

Un bosque de secuoyas (1.050 árboles) y cedros (450) para revalorizar uno de los balcones naturales a la ría de Vigo desde la península de O Morrazo. Una forma de compensar a los vecinos por los tajos que las carreteras han abierto en sus laderas como si de heridas sin cicratizar se tratase. Los comuneros de San Martiño de Vilaboa han realizado la ambiciosa regeneración de parte de su monte, hasta ahora dedicada a eucalipto, y donde también están plantando 370 robles americanos, 1.150 castaños micorrizados, 14.300 pinos y otros 3.300 de la misma especie pero micorrizados, con el fin de impulsar también la producción de setas comestibles. Este es uno de los proyectos estrella de la directiva dirigida por José Luis López y que quiere transformar el monte de Vilaboa, no solo en un ámbito productivo, sino en un potencial turístico. El presidente de los comuneros explicó que deste este punto elegido para el futuro bosque de secuoyas -el monte de Taoira-, «vese toda a ría de Vigo, desde a desembocadura do Vergudo en Arcade ata a ponte de Rande».

Las secuoyas son el árbol más llamativo del plan de regeneración forestal de los vilaboenses. En la provincia, existe ya en Poio un bosque de estos árboles gigantes -las secuoyas son la especie más alta del mundo forestal-. Mientras que la masa poiense es un bosque de ejemplares de dimensiones ya importantes, las secuoyas de Vilaboa están recién plantadas y tardarán años en alcanzar a sus parientes del otro lado de la comarca. Eso sí, los comuneros confían en que pueda echar raíces en el monte y crecer sin grandes problemas. Además de ofrecer un elemento singular a este ámbito de O Morrazo, también reforzaría la creación de un freno a los incendios forestales en Vilaboa, ya que las secuoyas son una clase de árboles que son capaces de sobrevivir al fuego.

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