Un centenar de enfermos oncológicos tramitan cada año su discapacidad

Ana barcala PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

La estabilidad económica del paciente depende en muchos casos de su reconocimiento

23 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Alrededor de 120 pacientes oncológicos pontevedreses tramitan anualmente su discapacidad, derivada de un proceso que con mucha frecuencia deja en el enfermo secuelas permanentes.

No se trata de un proceso sencillo ni mucho menos rápido, aunque de él depende en la mayoría de los casos la estabilidad económica del enfermo, sobre todo cuando se trata de trabajadores por cuenta propia.

En esta tramitación los pacientes cuentan con el respaldo del equipo social de la Asociación Española Contra el Cáncer, de la que forma parte Pablo Braña López. Reconoce que la administración autonómica ha suavizado el procedimiento en los últimos meses, aligerando considerablemente el tiempo de espera que tradicionalmente alcanzaba los 3 años y que ahora puede reducirse a 5 meses.

«El colectivo de enfermos oncológicos con secuelas derivadas de la enfermedad puede optar a una tramitación más ágil si demuestra documentalmente que tienen derecho a acceso prioritario. En esta catalogación se encontrarían las personas con riesgo vital, por encontrarse la enfermedad en un estadío avanzado, pero también aquellas que acrediten que quieren opositar a un puesto que reserva un porcentaje de plazas para personas con discapacidad», explica Braña López.

Esta vía de acceso rápido ha aligerado considerablemente el volumen de expedientes oncológicos acumulados a la espera del reconocimiento de discapacidad, imprescindible para que el paciente opte tanto a una ayuda social como a otro puesto de trabajo compatible con sus capacidades tras la cirugía oncológica.

«Las cosas van mejorando poco a poco. Reconocemos que estos cambios beneficiaron mucho al colectivo de enfermos, ya que también contemplan prioridad para menores de 18 años y mayores de 90, para personas con limitación de movilidad para acceder a pensiones no contributivas o para cursar determinada formación reglada», apunta Pablo Braña.

Con todo, desde la delegación local de la AECC reconocen que queda mucho trabajo por hacer en este terreno para lograr una mayor unas mayores ventajas para los enfermos.