El testimonio de la mujer del socio de Pelopincho cierra el juicio por su desaparición

La Voz PONTEVEDRA / LA VOZ

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La sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra deja vista para sentencia el juicio contra cuatro arousanos

18 oct 2019 . Actualizado a las 12:37 h.

La Sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha dejado visto para sentencia el juicio contra cuatro arousanos acusados de la desaparición en el año 2010 del narcotraficante José Bernardo Villaverde Amil, socio de José Antonio Pouso Rivas, alias Pelopincho. La Fiscalía mantiene su petición de 10 años de condena para los acusados Manuel Sineiro, Fernando Suárez, José Manuel F.T. y Juan José C.G. por un delito de detención ilegal agravada.

Las defensas piden la libre absolución y esgrimen la existencia de dilaciones indebidas en la resolución de esta causa.

El largo periplo judicial del caso concluyó tras la inesperada declaración de la última persona que vio a Villaverde Amil, su esposa Viviane D.O., que compareció por videoconferencia desde Bolivia.

El fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, reconoció ante el tribunal que «para nosotros ha sido toda una sorpresa que apareciese Viviane» después de numerosos intentos fallidos de localizar a la mujer. «Estaba convencido de que había sufrido el mismo destino que su marido», llegó a afirmar.

La testigo ratificó los términos de la denuncia que presentó el día de la desaparición ante la Comisaría de Pontevedra. Así, explicó que aquel 19 de noviembre de 2010, sobre las 12 de la noche, acudieron a su casa dos vehículos, que de uno de ellos salió Sineiro para recoger a su marido y que se fueron en el coche de Viviane, que apareció calcinado más tarde a las afueras de Santiago de Compostela. Viviane explicó que consiguió hablar por teléfono con su marido al día siguiente y que este la tranquilizó diciéndole que llegaría a casa más tarde.

Viviane afirmó que días más tarde Sineiro le llegó a decir «que me fuese a mi país, que mi marido ya no volvería». La esposa de Villaverde declaró que, a día de hoy, «yo creo que mi marido está muerto, le sigo buscando para tener su cuerpo y un sitio donde llorar».