¿Qué pasó con el «socio» de Pelopincho, que nadie se apiada de su desaparición?

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Un policía contó en el juicio por la falta de Villaverde Amil que ningún familiar mostró interés por saber qué le ocurrió

06 oct 2019 . Actualizado a las 13:10 h.

La pista de José Bernardo Villaverde Amil, que era natural de Redondela pero vivía en Monte Porreiro (Pontevedra) se perdió para siempre el 19 de noviembre del 2010. Se supone que este hombre era el socio del narcotraficante de Ribeira José Antonio Pouso Rivas, conocido como Pelopincho. Se cree también que ambas ausencias están totalmente relacionadas y que ambos pagaron caro haber perdido cuatro toneladas de hachís que una mafia marroquí les había confiado para que introdujeran en Galicia a bordo de un barco llamado Garbi III. Nunca fueron juzgados por estos hechos porque ya habían desaparecido. Han pasado nueve años. La causa por la desaparición de Pelopincho se archivó por falta de pruebas -aunque se cree que murió y que fue enterrado, posiblemente en la Costa da Morte-. Pero la de Villaverde Amil sigue viva y coleando gracias al empeño del fiscal y de la Audiencia de Pontevedra. Porque, tal y como quedó claro en el juicio celebrado anteayer -que se retomará el día 17- a ningún familiar de Villaverde Amil parece preocuparle lo más mínimo su paradero.

Vayamos al antes de la desaparición. Villaverde Amil residía, junto con una mujer de origen sudamericano, en Monte Porreiro. Uno de los acusados de hacerlo desaparecer, habitual de los juzgados por temas de narcotráfico, reconoció en el juicio que se trataba con Villaverde Amil. Eso sí, no dijo que fuera por asuntos delictivos, sino porque le había vendido unas tierras.

El temporal que lo cambió todo

La fiscalía antidroga, en realidad, cree que Villaverde Amil andaba, al igual que Pelopincho, en aquel noviembre del 2010 pendiente de traer a Galicia cuatro toneladas de hachís a bordo del Garbi III. Hubo un temporal y la droga naufragó frente a las costas portuguesas -la policía lusa solo recuperó tres fardos-. Los marroquíes no debieron creerse la versión del temporal y se supone que tanto Villaverde Amil como Pelopincho pagaron muy caro haber perdido la mercancía.

Así, ambos desaparecen el 19 de noviembre y el coche en el que se marchó Villaverde Amil aparece calcinado en Brión (A Coruña). Su mujer dice entonces a la policía que se marchó con personas a las que conocía, que le abordaron a la entrada de su casa. Pero luego la esposa se va de viaje por distintos países y, pese a los reiterados esfuerzos para que declare, de momento evita hacerlo. Tiene una nueva oportunidad para hablar por videoconferencia el 17 desde Bolivia.

Mientras tanto, la familia de Villaverde Amil tampoco parece preocuparse demasiado por su paradero. Aunque al principio el padre sí habló con la policía, un agente que declaró en el juicio contó que nunca más volvió a indagar sobre el caso y que, si algún contacto hubo con los familiares, fue siempre a instancias de la policía. Tampoco nadie ejerce la acusación particular por la desaparición.

Aún así, la fiscalía y la Audiencia de Pontevedra siguen adelante para tratar de esclarecer lo sucedido. De hecho, dado que es de vital importancia que declare la esposa de Villaverde Amil, dado que fue la última que lo vio y que además observó también a las personas con las que se marchó, no dejan de darle oportunidades para que cuente lo que sabe. De momento no lo consiguieron. Habrá que ver qué ocurre el 17, que es la fecha para la que está fijada la continuidad del juicio.