A los turistas les gusta la vendimia

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

PONTEVEDRA

Martina Miser

Cortar uvas hasta llenar una caja, probar los primeros mostos directamente de la cuba o ver cómo llega la cosecha a las bodegas son atractivos que aumentan el interés por el enoturismo

23 sep 2019 . Actualizado a las 22:13 h.

La vendimia es temporada alta en buena parte de los territorios vitícolas del mundo. Es la época en la que, además de visitar la bodega, uno puede probar las uvas directamente de la vid, catar los primeros mostos o ver en directo el proceso de elaboración que siguen los vinos. Galicia cuenta actualmente con cinco rutas del vino, una en cada una de sus denominaciones de origen. Y aunque en ellas la temporada alta sigue siendo el verano, por eso de que es cuando la comunidad más visitantes recibe, lo cierto es que cada vez son más los que se acercan a conocer las bodegas en plena época de vendimia. Al mismo tiempo, cada vez son más las firmas que mantienen las visitas durante estas fechas u organizan actividades especiales. Es el caso de Viña Costeira, en O Ribeiro, o Terras Gauda, en Rías Baixas. Ambos celebraron ya una jornada de vendimia en la que los visitantes pudieron sentir de cerca esta experiencia.

«Es cierto que en esta época del año hay demanda, pero esta no es tan intensa como en otras zonas del mundo. Aunque septiembre y octubre son meses muy buenos, nuestra temporada alta es julio y agosto», explica María Otero, directora de enoturismo de Martín Códax. Más de 10.000 personas pasan cada año por esta bodega. Una cantidad muy similar a la que mueve Pazo Baión, finca emblemática de Rías Baixas hoy reconvertida en emblema del enoturismo. «Este verán foi moi bo, espectacular», asegura Eugenia Castro en esta bodega. Y es que esta denominación de origen fue la primera de Galicia en poner en marcha la ruta del vino y la suya se encuentra hoy entre las más visitadas de España. 116.557 personas la recorrieron en el 2018, convirtiéndola en la séptima más concurrida del país. Además, los visitantes pagan una media de 5 euros por visita y se suelen dejar en las bodegas 17,88 euros de gasto medio.

«Nosotros seguimos apostando por el enoturismo y el pasado año nos visitaron 4.000 personas», cuenta Antón Fonseca, vicepresidente de Terras Gauda. La bodega organizó este año una visita especial en la vendimia, que tuvo lugar el sábado. Allí se pudieron catar mostos y uva. Pero es que, además, el resto del año cuenta con recorridos especializados, incluso para niños. En la misma denominación de origen, Paco & Lola también organizaron este año actividades durante la vendimia. Pero a veces no es fácil compaginar horarios de trabajo y de paseo. «La visita con más demanda es la de las once de la mañana y a esa hora todavía no llegaron las primeras uvas», cuentan en esta firma.

Otras rutas

Galicia dispone, además, de otras cuatro rutas del vino. O Ribeiro, Ribeira Sacra, Valdeorras y Monterrei pusieron en marcha este mismo producto turístico, aunque años después que Rías Baixas. «As épocas de máis visitas son na primavera e no outono», explica Sonia Couso, técnica del Concello de Ribadavia que atiende la ruta. Aquí organizan en esta época los Vinobuses, un transporte que parte de varios puntos de Galicia para recorrer diferentes puntos de interés, desde monumentos a bodegas. Y está funcionando muy bien. «É certo que en vendima hai máis visitas, outra cousa é que as adegas poidan atender aos visitantes porque nas pequenas non o fan», asegura. Curiosamente, las explicaciones que estos pequeños bodegueros dan a los turistas suele ser lo que más valoran estos. Pero la tendencia está cambiando y, también aquí, hay ya bodegas que organizan actividades propias de esta temporada. Es el caso de Viña Costeira, la cooperativa más grande de esta denominación. Celebró una jornada el pasado sábado. «Pueden ir al viñedo, vendimiar su propia uva, que se pueden llevar incluso a casa un racimo, y ver cómo se clasifican los diferentes tipos de uva cuando llegan a la bodega», cuenta Óscar Martínez.

Por la ruta de O Ribeiro han pasado, desde que abrió sus puertas en el 2008, cerca del cien mil personas. Solo el pasado año, 13.343 visitaron las bodegas de esta denominación de origen y la cifra sigue creciendo a un ritmo de entre el 12 y el 14 %. Por ahora, la mayoría de los visitantes vienen de Galicia y, aunque también son mayoría los turistas de entre 45 y 65 años, han crecido mucho las visitas de los más jóvenes, de entre 30 y 45 años.

En Valdeorras las visitas en vendimia no son tarea sencilla. «Esta época es complicado porque las bodegas son muy pequeñas, pero sí es cierto que cada vez son más las que siguen haciendo visitas», explica la responsable de la Ruta do Viño. Este año han convocado un concurso de fotografía, con suculentos premios, para que la gente envíe imágenes sobre la vendimia y las diferentes etapas del viñedo. El plazo para entregar las imágenes termina el próximo 16 de octubre.

Por último, en la Ribeira Sacra cuentan, un año más, con su Vinobús de vendimia, que siempre agota las plazas. «Participan de forma muy activa en la vendimia. La mayoría llena una caja de uva y luego se va a la bodega a ver cómo se elabora el vino. Funciona hasta el 6 de octubre y siempre llenamos todas las plazas y hay lista de espera», explican en el consorcio de turismo de Ribeira Sacra. Y es que ver la frenética actividad de las bodegas en esta época del año tiene un encanto especial. Qué se lo digan a los turistas. 

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